Hay días que uno sale a la calle, en La Vila Joiosa y parece que alguien ha dado el toque de queda. No se ve un alma. Lamentablemente no ocurre solo aquí. También pasa en otras ciudades, incluso grandes urbes. Cada vez son más los pequeños comercios, los restaurantes, las tiendas de barrio de toda la vida donde nos conocen e incluso nos fían, que echan la persiana y no vuelven a abrir. Sus locales vacíos quedan cerrados con un cartel lleno de polvo que reza "se alquila" durante meses. Algunos, durante años. Con suerte, algún bazar oriental lo tomará un tiempo. Pero es muy difícil volver a ver una alpargatería, una carnicería, una mercería, una cafetería o una papelería-librería como la que hay en la calle Colón de La Vila, protagonista ayer de una iniciativa singular.

Son negocios que sólo tienen de particular estar regentados por nuestros vecinos. También, en algunos casos, como el que nos concierne, por el tiempo que llevan abiertos al público. La papelería de Colón abrió por primera vez sus puertas, como imprenta, hace 40 años. Luego se convirtió en punto de venta de periódicos, y ayer tarde, en el primer establecimiento de España donde se organizaba un "Cash Mob". Una quedada solidaria en defensa del comercio tradicional importada de Estados Unidos.

La idea la llevó a efecto un vecino del barrio, José Juan Muñoz, formado como community manager pero actualmente desempleado. Entre la algarabía de quienes secundaron la cita, explicó que la primera vez que vio una similar se encontraba de viaje en Londres, pero ni participó ni preguntó de qué se trataba. Cuando regresó a España, se interesó a través de las redes sociales y quiso impulsar en España el "movimiento Cash Mob". Además, decidió iniciarlo en su pueblo.

Importó así a La Vila Joiosa una corriente que consiste "en convencer a través de las redes sociales (Twitter y Facebook) a un grupo de personas, con ayuda de colaboradores -en el caso de La Vila han sido Ángela, Marta y Ramón, en asistir un día a una hora establecida para realizar una compra en pequeños comercios locales con el unido fin, de ayudar, impulsar, salvar y promover las pequeñas tiendas de nuestros valientes empresarios, que Día tras Día, se ven obligados a cerrar sus negocios debido a la expansión de las grandes superficies y centros comerciales".

Para participar, según añadió, basta con seguir "la regla de los 3 amigos": Realizar una compra en el establecimiento (que en Estado Unidos tiene un gasto fijado en 20 dolares, pero que entiende que poner límites en España no es necesario); Conocer a 3 personas e interrelacionarse; Y la más importante, divertirse.

Las más de 40 personas que asistieron ayer a comparar algo a la papelería de la calle Colón lo hicieron. No sólo se rieron a gusto viéndose en una cita algo tan poco usual, y compraron algún artículo, sino que hubo alguna vecina que incluso llevó Mistela y una deliciosa coca casera para endulzar más el momento.

La relación de José Juan y el propietario del establecimiento es puramente de vecindad. Y es que cada cual puede elegir la tienda que quiera ayudar, sin que haya una vinculación comercial con ella. De hecho, cuando le propuso organizar el "cash mob" al librero lo primero que éste pensó era que se trataba de alguna táctica comercial que le costaría un dinero que no podía gastarse.

Pero es gratuito. El único que se beneficia es el comerciante. Con su pervivencia, está también la vida de la propia ciudad. Y es que, como explica José Juan en su web (cashmobspain.com) se trata de "abrir un camino en el cual podamos crear eventos con el fin de salvar y de dar a conocer nuestros pequeños negocios... los de esos empresarios que un Día decidieron abrir una librería, una ferretería, una panadería en el barrio... esos cines que tantos momentos inolvidables nos dieron, con su acomodador y palomitas, esa pescadería, ese zapatero, la tienda de Maria, Jose el sastre o Emilio el del rastro... nuestras Pymes", porque en tiempos de crisis, uno puede hacer quedadas tanto para quejarse, como para comprometerse y colaborar con los demás.