La Conselleria de Educación gasta al menos 330.000 euros al año en el alquiler de aulas prefabricadas en la Marina Baixa. Una cifra que, sin embargo, es una estimación a la baja del coste real, que la Generalitat no ha querido hacer público, pero que oscilaría entre esos 330.000 euros y más de medio millón de euros anual, según los datos de un estudio de precios facilitado por Comisiones Obreras.

La Marina Baixa contabiliza 112 barracones. Los precios de un aula prefabricada tipo oscilan entre los 250 y los 300 euros al mes, según informaron desde el sindicato, a los que habría que sumar otros espacios más grandes como comedores o salas de usos múltiples, cuyo alquiler ronda los 600 euros, así como otros espacios menores, como despachos, almacenes y mini-aulas, que costarían 150 euros al mes.

Además de que el cálculo se ha realizado a la baja, tomando el coste mínimo de 250 euros por aula, tampoco se han sumado los alquileres que podrían generar estos grandes espacios, ni el gasto añadido de montaje y mantenimiento de los barracones.

El gasto real, pues, podría fácilmente dispararse a casi el doble del que reza este titular, ya que además, según lamentó el portavoz de enseñanza de Comisiones Obreras, Francisco García, "el deterioro de las aulas prefabricadas es mucho mayor que el de una instalación fija".

Dos colegios íntegramente ubicados en barracones en La Vila Joiosa y otros cinco centros educativos más con prefabricadas, en Benidorm, Polop de la Marina, La Vila y Altea, reclaman unas instalaciones apropiadas para sus estudiantes, en algunos casos, desde hace más de diez años, como ocurre en el CEIP San Roque de Polop de la Marina.

Más de 1.500 alumnos siguen a día de hoy en la comarca estudiando en espacios provisionales y en precario, con multitud de deficiencias, denunciadas por activa y por pasiva por directores, docentes y AMPAS, como la falta de espacio y los problemas de climatización, de iluminación, de retraso en la incorporación de las nuevas tecnologías e incluso de medidas de seguridad, como el hecho de que no existan dos puertas de entrada y salida en los barracones del IES Marcos Zaragoza, que además tienen rejas en las ventanas, según denunció el profesorado.

En La Vila Joiosa, el CEIP Gasparot, la falta de espacio ha obligado a habilitar despachos como aulas. Unos 270 alumnos estudian en este centro que se trasladó a barracones provisionales en el curso 2008-2009, mientras se construía un centro nuevo. Hay 8.000 metros cuadrados de terreno disponibles y cedidos a la Generalitat, desde 2009, pero no se ha presupuestado ni un euro hasta el momento. Mientras, el centro sigue habilitado en una treintena de módulos prefabricados entre aulas, salas de usos múltiples, comedor, biblioteca, despachos y almacenes, entre otros espacios.

En el colegio Doctor Álvaro Esquerdo, también en La Vila, sus cerca de 1.600 metros cuadrados de módulos prefabricados están mejor repartidos en cuanto a espacio, aunque los barracones tienen visos de eternizarse aún más. 430 escolares estudian en estas aulas en precario desde el año 2006, pero parece que en las prioridades, el Gasparot arrancaría primero.

A la cola, pues, de esas prioridades educativas para La Vila, pese a que lleva ya la friolera de ocho años albergando diez barracones y esperando una ampliación, está el IES Marcos Zaragoza, donde reciben clase en prefabricadas unos 200 alumnos.

En Benidorm, otro de los problemas que clama al cielo es la paralización de las obras del IES Pere Maria Orts i Bosch. La mitad de su alumnado, 350 de sus 700 estudiantes, ocupa prefabricadas desde hace tres cursos. Apenas quedaban tres meses para concluir sus obras de ampliación, cuando la empresa constructora quebró y los trabajos quedaron paralizados. Eso ocurrió en marzo y casi un año después, la Conselleria sigue sin dar ninguna solución y sigue gastando dinero en el alquiler de los 22 barracones en lugar de rematar las obras.

En el colegio San Roque de Polop de la Marina llevan más de diez años con la mitad de sus 340 escolares hacinados en barracones de dos pisos en unas instalaciones, tan precarias, que los niños han de ponerse el chubasquero para ir al baño cuando llueve. Una decena de prefabricadas frente a un colegio nuevo que ya está terminado desde hace meses y que sigue sin entregarse por cuestiones burocráticas y de impagos del Consell a la constructora, según los afectados.

Completan el mapa de barracones, el CEIP de L'Olla y el IES Altaia de Altea, que suman cuatro prefabricadas más. Y no hay inversiones a la vista.

El silencio del Consell y el negocio de los barracones

Tras más de tres meses preguntando semanalmente a la Conselleria de Educación el gasto exacto del alquiler de aulas prefabricas en la Marina Baixa y después de muchas largas y silencios sin explicación, desde el Consell dejaron claro que no iban a hacer público ese dato y matizaron que "la Conselleria no está obligada a hacer públicos todos sus datos", a pesar de ser dinero público el que pague estos alquileres. Desde CC OO destacaron que el de los barracones es "un negocio" y que existe "una falta de planificación inaceptable, que parece esconder un interés en que exista este volumen de aulas de alquiler".