­Jarro de agua fría para uno de los proyectos emblemáticos de Benidorm. La mercantil que debe construir el nuevo edificio de Boca del Calvari, donde está previsto instalar el primer museo de la ciudad, ha paralizado las obras debido a que los impagos que sufre por parte de diversas administraciones entre las que se encuentra la Generalitat, que es la que debe impulsar los trabajos, le han causado notables problemas financieros. Así lo revelaron ayer los liberales y lo confirmó después el concejal de Urbanismo, el socialista Juan Ángel Ferrer, quien no obstante dejó abierta una puerta a la esperanza al asegurar que la próxima semana mantendrá una nueva reunión con la constructora en cuestión, Cleop, «con el fin de remediar esta situación en pocos días».

Benidorm se convierte así en víctima indirecta de la fabulosa deuda –una de las más altas de España– que mantiene el Consell con diversas adjudicatarias y proveedores. En este sentido, todo parece indicar que Cleop ha decidido parar las obras de la Boca del Calvari como medida de presión para lograr que la administración autonómica le salde al menos parte de su deuda. El nuevo edificio que debía construirse en el Passeig de la Carretera, en pleno corazón turístico y comercial de la ciudad, estaba incluido desde 2009 en el Plan Confianza de la Generalitat con un presupuesto de 1,6 millones de euros. El anterior gobierno del PP pretendía instalar allí un vivero de empresas, si bien el actual ejecutivo del PSOE optó por destinar el inmueble a un museo que al fin recupere el pasado histórico y etnográfico de la capital turística.

Pero la realidad es que por ahora lo que único que hay allí es un solar desnudo: hace recientes fechas, las máquinas procedieron a la demolición del viejo edificio –que había albergado uno de los antiguos ayuntamientos de Benidorm– ­pero desde entonces no se ha vuelto a actuar en la parcela, con el consiguiente malestar para vecinos y comerciantes. Debido a que la imagen del espacio se ha degradado y a que las vallas que acotan la parcela han reducido el espacio de paso de los transeúntes, los comercios han sufrido incluso pérdidas económicas, tal y como advirtió ayer el presidente de AICO, Rafael Gasent. Este responsable recordó además las «molestias» que ya había sufrido con anterioridad el sector por las obras de derrumbe del antiguo inmueble y tildó de «penosa» la imagen de la zona.

El portavoz de Liberales, Vicente Juan Ivorra, responsabilizó de esta situación a los «problemas de liquidez de la Generalitat causados por su despilfarro», aunque también aludió a la «mala gestión» del ejecutivo local del PSOE, al que responsabilizó del «tortuoso camino» que ha seguido el proyecto desde 2009: «primero querían rehabilitar el edificio, luego optaron por derribarlo y ahora han cambiado su uso». Tras recordar que sólo gracias a una denuncia de su grupo el Ayuntamiento se decidió a limpiar un solar que, con las obras paradas, se había convertido en un «estercolero», Ivorra exigió que antes de la temporada turística de Semana Santa se habilite en la parcela de forma transitoria una plaza provisional «con los medios humanos y técnicos del propio Ayuntamiento».

Al respecto, Ferrer adujo que su departamento ya está trabajando en una «solución estética» para el solar si no fructifican los contactos inminentes con la empresa. También aseguró que tiene al comercio informado de esta situación.