En plena negociación entre socialistas y liberales para alcanzar un acuerdo contra el déficit del Ayuntamiento de Benidorm, el alcalde, Agustín Navarro (PSOE), invitó a la portavoz liberal, Gema Amor, a una recepción oficial que tuvo lugar en el despacho de Alcaldía: los dos recibieron juntos al tenista Ricardo Sánchez y los dos se fotografiaron juntos, que era al fin y al cabo lo que importaba.

Era pues una foto con mensaje: Navarro intentaba escenificar así su acercamiento político a Amor y ratificar que, más allá de su decisión de asumir gran parte de las 66 medidas para sanear las arcas municipales que le han propuesto los liberales existe una buena sintonía con la líder de este último partido. Ni en el PSOE ni en el entorno de Amor se habla por ahora de alcanzar un pacto de gobierno cerrado, pero foto a foto, el mensaje del buen rollo va calando. A la vez, el munícipe insistía en su estrategia de dejar aislado al PP: su portavoz, Antonio Pérez, no fue invitado.

No es la primera vez que Navarro practica esta estrategia. Ya el mismo día en que Amor se negó a secundar una moción del PP para fiscalizar el gasto municipal, el alcalde invitó después a la líder liberal a casa de una jubilada para devolverle el primer cheque de la tasa de la basura.