Polop quiere estrenar su nuevo y flamante colegio de una vez por todas. Las nuevas instalaciones llevan meses terminadas, aunque no de forma oficial, a falta de remates que llevan eternizándose desde hace tiempo. Según denuncian los afectados, los impagos de la Conselleria de Educación y CIEGSA a la constructora y la burocracia añadida por la quiebra de algunas subcontratas que han trabajado en la obra, mantienen vacía una instalación que supera con creces en tamaño y calidad a la actual. La comunidad escolar, el AMPA y el Ayuntamiento reclaman una solución urgente para que los niños puedan ocupar el nuevo edificio de forma inmediata.

"Día a día miramos el colegio nuevo, las dos pistas deportivas, con sus canastas", un espacio amplio, nuevo y terminado, que "parece un sueño que está ahí, pero que nos es inalcanzable", lamentaban ayer desde la dirección del colegio San Roque de Polop de la Marina. En contraposición a estas flamantes instalaciones, vacías, 340 alumnos están hacinados en un colegio obsoleto, creado para ocho unidades pero en el que actualmente hay 18.

Los menores estudian "apelotonados", según denuncian desde el centro, en barracones de dos pisos, con aulas habilitadas en espacios comunes, como el aula de informática que se ha suprimido, con despachos compartidos, con la secretaría ubicada en medio de una zona de paso y con problemas tan demenciales en las infraestructuras como el hecho de que los niños se vean obligados a utilizar el paraguas o el chubasquero para ir al baño cuando llueve.

Alumnos y profesores contemplan a diario cómo unas instalaciones, cuyas obras se iniciaron hace ya cinco años, siguen sin ser ocupadas mientras algunos niños van a pasar toda su etapa escolar en los barracones del colegio, que tiene aulas prefabricadas desde 2001.

A la falta de espacio se suma el cierre de un aseo "porque se inunda siempre y genera malos olores" o que "las aulas por dentro son muy oscuras, el ruido de los aires acondicionados dificulta las clases" y el largo etcétera que acarrean unas instalaciones obsoletas y provisionales. A estas deficiencias se suman otras que "impiden dar una educación de calidad" en igualdad de condiciones que en otros centros, pues, entre otras cosas, "no hay acceso a las nuevas tecnologías" de ningún tipo.

Las continuas promesas de un traslado inminente, que es aplazado de forma sistemática, mantienen al centro sin Internet desde hace un año. "Estamos esperando porque siempre nos dicen que vamos a entrar ya". Así, no tienen conexión, ni han podido instalar las pizarras digitales y la mitad del material escolar está embalado en cajas. "Primero nos dijeron en septiembre, luego en octubre, luego después de Navidad y vemos buena voluntad, pero la realidad es que seguimos aquí", explicaron desde el centro.

Hace más de una década que se inició el proyecto del nuevo colegio San Roque y no fue hasta 2007, ya con varios años de retraso, cuando se puso la primera piedra de la infraestructura. Tenía un plazo de 18 meses y ha supuesto una inversión de 7 millones de euros. Sin embargo, un lustro después, ayer volvía a aplazarse la fecha de entrega.

"El día 31 de enero tenían que entregarlo, pero me han dicho que han solucionado una parte pero la otra no", destacó ayer el alcalde de Polop, Gabriel Fernández quien indicó que "la empresa ha dicho que podría estar la próxima semana, pero yo ya no me creo nada porque todas las fechas que han dado las han incumplido". El primer edil pidió a la adjudicataria "que se ponga las pilas y que haga el esfuerzo de terminar porque es una pena que con el colegio terminado estemos esperando aún". Según parece, la empresa sigue ultimando detalles y papeleos sobre el depósito de gasoil y la electricidad, cinco años después de iniciar las obras.

La Conselleria repite la misma respuesta

La Conselleria de Educación mantiene, en el caso del colegio de Polop, la misma contestación que ofrece para todas las cuestiones que se le plantean desde la Marina Baixa. "Se está trabajando en ello", según aseguraron fuentes del Consell. Es la misma respuesta que han dado al preguntarles por las obras paralizadas del IES Pere Maria Orts i Bosch de Benidorm, donde hay 350 alumnos en barracones y unos trabajos a medias y bloqueados desde marzo; una contestación parecida a la que ofrecen cuando la comunidad escolar reclama la construcción de los nuevos colegios Gasparot o Doctor Álvaro Esquerdo de La Vila Joiosa, la remodelación del colegio Vasco Núñez de Balboa de Benidorm o la eliminación de los barracones del IES Marcos Zaragoza, también en La Vila, aunque en estos casos el Consell va algo más allá y añade que no hay dinero.

Preocupados por la inactividad autonómica, los centros educativos tratan al menos de alzar la voz para evitar que los problemas derivados de sus instalaciones en precario caigan en el olvido. Ayer mismo, la dirección del IES Pere Maria mantuvo una reunión con los tres partidos del Consistorio de Benidorm para tratar el tema de las obras del centro y pedir su implicación.

El problema no es baladí, pues el propio Síndic de Greuges ya alertó, a propósito de una queja sobre el colegio Gasparot, de que las aulas prefabricadas son provisionales y que esas instalaciones no permiten alcanzar los niveles mínimos de calidad educativa que marca la ley.