Ahora sí. Dos meses después de que Leire Pajín abandonara el Ministerio de Sanidad, el gobierno socialista de Benidorm se ha atrevido a secundar una propuesta presentada ayer en el pleno por los Liberales para exigir al nuevo Gobierno de Mariano Rajoy que flexibilice en el sector turístico la Ley Antitabaco. Ésta fue una de las actuaciones estrella de Pajín durante la última legislatura en el ejecutivo de Zapatero y, mientras fue ministra, el alcalde Agustín Navarro y sus concejales nunca se atrevieron a cuestionarla, a pesar de las presiones que en este sentido habían ejercido patronales turísticas como Hosbec. No en balde, en Benidorm por ahora manda Pajín, como así han reconocido Navarro y los suyos, muy fieles a la exministra, en más de una ocasión.

Ahora todo es distinto. Ahora sí que se puede pedir una revisión de la ley porque quien deberá abordarla será el gabinete de Rajoy. Pero aún así, en el pleno de ayer se hizo un auténtico encaje de bolillos político para que nadie saliera perjudicado: los socialistas de Navarro y los liberales de Gema Amor pactaron una moción que casi cuadriculaba el círculo, ya que por un lado elogiaba la ley que dejó Pajín pero por otro instaba a su flexibilización para atajar las pérdidas que está provocando en bares y hoteles.

Así, el texto, al que por cierto también tuvo que sumarse el PP local porque otro remedio no le quedaba, se apresuraba a indicar que la ley ha sido buena ya que "la imagen turística internacional de nuestro país se ha visto mejorada como consecuencia de haber adoptado una legislación similar a la de otros países europeos". Ahora bien, a continuación aludía a los perjuicios que ha originado en el sector hotelero y en el de la restauración: ha desalentado la visita de turistas fumadores, ha afectado a la celebración de banquetes y otros eventos sociales en hoteles, provocó un descenso de clientes en los bares que en los primeros meses de la aplicación de la ley fue del 40% y luego del 20%, causó pérdidas del 10% en las discotecas y originó el cierre de 4.000 empresas.

A la hora de defender la petición a Madrid, Amor subrayó que los datos anteriores son bagaje suficiente para pedir que el nuevo Gobierno "estudie junto al sector turístico la revisión de la ley". Esta expresión fue suavizada tras las conversaciones con el PSOE, toda vez que en la propuesta original los liberales instaban directamente a que "se procediera a la revisión" de esta legislación.

De cualquier manera, se trata de "flexibilizar" la obra legal que dejó la ex ministra de Benidorm. ¿Y qué efectos concretos puede acarrear la medida? Tras el pleno, Amor defendió una vieja reivindicación del sector turístico: que sea posible volver a acotar zonas de fumadores en el interior de hoteles y restaurantes. El empeño será complicado.

A pesar del proceso de negociación, el debate político tuvo cierta intensidad. Entre otras cosas, porque cada uno asumió su papel. Mientras la portavoz liberal abanderaba las peticiones del sector y dramatizaba las consecuencias económicas de la ley -llegó a hablar de 15.000 empleos perdidos-, el concejal de Turismo, el socialista Juan Ángel Ferrer, explicó que cualquier revisión debe garantizar que se seguirá preservando la protección de la salud "tanto para los trabajadores turísticos como para los ciudadanos y los niños". Ferrer utilizó un tono muy personal para admitir que se enfrentaba a un debate complejo: "a ver cómo encajo yo esto siendo a la vez concejal de Turismo, concejal de Aperturas, médico y no fumador". Pues lo encajó de la siguiente forma: subrayó los nocivos efectos del tabaquismo que la ley ha contribuido a aminorar señalando que "no sólo importa el dinero sino también la salud". Además, destacó el alto grado de cumplimiento de la prohibición del tabaco en los distintos establecimientos y relativizó las perdidas económicas a causa de la ley. En tono crítico, Amor le contestó que esas cifras son, por el contrario, "escalofriantes".

Por su parte, el edil del PP Sebastián Fernández se mostró favorable a aunar salud y turismo, pero alertó de que es un "objetivo complicado". Y lanzó un dardo a Amor: recordó que la ley que ahora se cuestiona fue también apoyada por el PP cuando la ahora líder liberal estaba en las filas populares y tenía una responsabilidad tan trascendente como la de presidir el Patronato Provincial de Turismo. Amor le contestó que ella no ha cambiado de opinión: y que ya entonces abogaba por una legislación más flexible.

Acondicionamiento de terrazas para fumadores en tiempo récord

Eliminar las trabas burocráticas para que los hosteleros puedan instalar terrazas habilitadas para fumadores. Esa es la segunda medida de la moción que Benidorm aprobó ayer por unanimidad y por la que el Ayuntamiento permitirá a los empresarios instalar "elementos desmontables y ligeros, paravientos o estufas" con el único requisito de que realicen una "comunicación previa al Consistorio" así como de que emitan "una declaración responsable del interesado sobre el cumplimiento de la legalidad vigente". Según explicó Gema Amor, así no sería necesario esperar a la concesión de la licencia que, al menos en Benidorm, puede retardarse de ocho meses a un año. Amor señaló que tanto la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, como la presidenta de la comunidad autónoma, Esperanza Aguirre, ya han tomado esas medidas. Y, por cierto, reivindicó a ambas políticas frente a las críticas de su "ideología liberal" que en otro momento del pleno le había hecho el propio grupo municipal del PP.