¿Oiga, mi nombre todavía está en la fachada del Ayuntamiento? Como era inevitable, ésta ha sido durante los últimos días una pregunta reiterada en Benidorm: el deterioro que sufren las cristaleras en las que se encuentran insertados los nombres de todos los residentes censados en la ciudad en 2003 -año en el que se construyó el flamante edificio consistorial- ha provocado ya que cuatro de esos vidrios hayan desaparecido. Y, ¿a quien le ha tocado perder su nombre en esos paneles? Pues, al menos, a parte de los vecinos cuyo apellido comenzaba por "c": en concreto, entre el apellido "Cid" y el apellido "Climent".

Además de los cuatro cristales que se rompieron, al menos otros treinta se encuentran en mal estado: rajados, quebrados o deteriorados por las manchas. Esta no es una situación nueva: viene de largo. Y puede ser peligrosa. Ya en septiembre de 2010, un informe del arquitecto municipal aseguraba que el devaluado estado de las cristaleras podía provocar "daños para personas y/o bienes" e instaba de "forma urgente" a su reparación. No es una broma: los cuatro vidrios que faltan, los que portaban los apellidos entre Cid y Climent, reventaron. Según el citado dictamen del técnico municipal, no por una anomalía estructural del edificio sino porque en su día algún trabajo externo practicado sobre la cubierta de la fachada sur del edificio provocó su deterioro.

El estado de las vidrieras vuelve a preocupar después de que la concesionaria Ageval, a la que la administración municipal adjudicó el servicio del mantenimiento del edificio, haya enviado un requerimiento en el que advierte de que dejará de trabajar el 20 de febrero si el Consistorio no le paga parte del dinero que le adeuda y que, según el PP, asciende ya a 400.000 euros.

No obstante, fuentes de la empresa aseguraron que la concesionaria está dispuesta a arreglar la situación de los vidrios y que ya se ha puesto en contacto con la mercantil especializada que en su día los realizó para que empiece la reparación ya no sólo de los cuatro que desaparecieron sino también de los que se hallan más deteriorados. Eso sí, se tratará de una operación delicada, debido a las características especiales del cristal y a la necesidad de volver a insertar los nombres de los vecinos que ahora ya no están.

La concesionaria que se marchó en 2007

La concesionaria Ageval no es la primera que amenaza con dejar de prestar el servicio de mantenimiento del Ayuntamiento de Benidorm. Ya hay un antecedente: el 31 de diciembre de 2007, la empresa que entonces se encargaba de esos trabajos, Elsamex, también decidió abandonar el Consistorio debido a que se le debían 4 meses de servicio, circunstancia que obligó a redactar un nuevo concurso. Es curioso verificar cómo han cambiado las cosas desde aquellos lejanos días: entonces el PP, en el gobierno, restó importancia a esos impagos mientras que el PSOE, entonces en la oposición, mostraba su temor a que más empresas abandonaran Benidorm por la mala economía consistorial. El hoy alcalde Agustín Navarro, en aquel momento portavoz municipal socialista, calificó la situación de "inadmisible". Evidentemente, ha llovido mucho.