Dando clase en un despacho. Así están los alumnos y profesores del colegio público Gasparot de La Vila Joiosa por falta de espacio en unas instalaciones que, desde 2008, son provisionales y que además se están quedando pequeñas para los más de 300 alumnos que acoge. Así lo recoge una resolución del Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana, José Cholbi, que, tras recibir una denuncia del profesorado del colegio, urge a la Conselleria de Educación a paliar las deficiencias del centro sin esperar a que llegue el nuevo. Cholbi insta al Consell a "adoptar las medidas necesarias, tanto técnicas como presupuestarias, para adecuar y ampliar" el colegio "en tanto en cuanto se resuelve el proceso de construcción".

El organismo asegura en su escrito que los documentos aportados en la denuncia "permiten concluir que la educación que se ofrece a los alumnos del centro que nos ocupa, es una educación que, de conformidad con la propia normativa vigente a tal efecto, no es susceptible de alcanzar el nivel de calidad previsto" y añade que "no se han puesto a disposición del correcto desarrollo de la función docente aquellas infraestructuras que la propia legislación considera mínimas para garantizar la educación de calidad".

La cuestión es grave porque deja al azar del colegio público que le haya correspondido a un alumno el obtener los niveles de formación adecuados o no, y cabe recordar que, en la Marina Baixa, hay más de 1.500 alumnos estudiando en barracones en la actualidad. Ninguno de estos ha comenzado en prefabricadas este año, sino que la falta de infraestructuras es endémica y son los mismos centros, desde hace años, los que repiten barracones.

La denuncia realizada al Síndic habla de "agravio comparativo" y lo considera "una discriminación para los alumnos del CEIP Gasparot, que corren el riesgo de pasar toda la etapa educativa obligatoria en aulas prefabricadas que no reúnen los requisitos que la legislación vigente considera como mínimos". Con ello, añaden, "se les está negando el acceso en igualdad de condiciones respecto a otros alumnos a una educación de calidad".

Según relata también la denuncia presentada al Síndic, la situación se agrava por la falta de espacio. "Los alumnos, a día de hoy, están ocupando despachos que se han habilitado como aulas" y explica que las medidas de estos módulos prefabricados ni siquiera llegan a los 45 metros cuadrados mínimos que marca la normativa pues "hay clases de Primaria que miden 30 metros cuadrados", entre las que cita al menos cuatro. Asimismo, en la denuncia se exige saber "qué piensan hacer para solucionar la falta de espacio de cara al próximo curso" pues, advierten, "ya no quedan más despachos para habilitar", lo que impide además desarrollar el trabajo de organización y preparación de clases del profesorado.

El Síndic insta además a la Conselleria a remitir un informe en el plazo de un mes explicando qué va hacer y que, en caso de negarse a adoptar medidas urgentes, argumente las razones de su negativa.

"Lo antes posible, siempre que lo permita el presupuesto"

La contestación que ha dado siempre la Conselleria, tanto a este medio, como ahora por escrito al Síndic de Greuges es que la construcción del futuro colegio Gasparot "se llevará a cabo lo antes posible, siempre que lo permitan las disponibilidades presupuestarias". De momento, en los presupuestos de este año no hay un duro consignado para el centro y Educación siempre dice que aún hay que cerrar el mapa escolar; pero los padres y los profesores no tienen mucha esperanza visto que ahora mismo hay incluso centros educativos sin luz o sin calefacción por los impagos de la Conselleria.