Los premios otorgados en el Desfile del Humor de 2011 del martes fueron controvertidos. Un cierto clamor de sorpresa recorrió las peñas cuando se supo que el primer premio había correspondido a L' Espardenya; y no porque su actuación humorística adoleciera de baja calidad. Al contrario: con una puesta en escena cuidada, fue la única peña que interpretó íntegramente en valenciano su parodia y su crítica al impuesto de los excrementos de perros ideado por el alcalde, Agustín Navarro, resultó ingeniosa. Pero en cambio sí que llamó la atención que el jurado no adjudicara ninguno de los cinco premios en litigio a otras representaciones con críticas muy severas tanto con la clase política de Benidorm en general como con la gestión de Navarro muy en particular, pese a que arrancaron sonadas carcajadas del público.

Fue el caso de la actuación de la peña Samaruc, en la que los políticos se convertían en niños de una clase escolar cuyo estudiante peor aplicado era el propio Navarro, al que se le acusaba de mentir en su gestión y se le mandaba a la pared "a pensar"; también recreaba una riña entre el popular Manuel Pérez Fenoll y la centrista Gema Amor e ironizaba sobre las propuestas urbanas del empresario Antonio Puchades.

Aunque para ácida la crítica propuesta por la peña El Cranc, que también se quedó sin entorchado. En este caso, el alcalde era una especie de "Pocoyó" al que se le llega a acusar de haber robado la Alcaldía y se le tilda de "inútil" por no haber sido capaz de ganar las últimas elecciones. No dejaba títere con cabeza: fueron blanco de sus diatribas desde la Policía Local hasta "Pasión por Benidorm", pasando por Bañuls o Amor.

Sí que es verdad que otras peñas que también apuntaron a la actualidad local recibieron premio: La Castanya (segundo) o L´Embatuix (tercero). Pero lo cierto es que tras esta polémica por los galardones se esconde una controversia sobre la formación del propio jurado, que en esta ocasión no fue elegido por la Asociación de Peñas que organiza el desfile sino por la Comisión de Fiestas; además, sólo estaba compuesto por 4 miembros, un número muy reducido para decidir sobre una cuestión de tanta enjundia: tradicionalmente el jurado ha estado formado por unos 10 miembros y en 2007 llegó a contar con 21, si bien el año pasado ya se había reducido a cinco. Por último, cabe destacar que el jurado sólo se situó en la tribuna de autoridades, no en el resto de las paradas del desfile para valorar el conjunto y no una única actuación.