Sanidad ha disparado el gasto que destina a los servicios privatizados en la Marina Baixa más de un 155 por ciento en los últimos cuatro años. La Conselleria ha pasado de consignar 5,7 millones de los presupuestos del departamento comarcal a prestaciones externas, en 2007, a pagar más de 14,5 millones anuales por servicios privatizados, según refleja la última memoria del centro hospitalario, de 2010.

Desde el año 200o, en que comenzaron a desviarse a manos privadas ciertos servicios sanitarios con la privatización de las pruebas de resonancias, las concesiones no han hecho más que aumentar. En 2005, la Clínica Benidorm que ya tenía adjudicadas gran parte de las pruebas de resonancia magnética que se hacían en Alicante, (bajo el nombre de Beanaca) se hacía con la prestación de los servicios de Oncología, por 3 millones de euros anuales a través de un concierto abierto, es decir, que permitía incrementar el coste en función de los pacientes a tratar. La cifra fue sólo una aproximación ya que, sólo en 2006, la adjudicataria gastó prácticamente su asignación anual íntegra, los 3 millones de euros, en los primeros seis meses del año.

La maraña de cifras es prácticamente imposible de desgranar en los presupuestos. Cuánto dinero se desvía exactamente a la Clínica Benidorm y a otras empresas de la partida que destina Sanidad para la Marina Baixa es algo a lo que nadie responde en Conselleria desde hace años y por más que se pregunte.

Los últimos datos a nivel global publicados por este diario arrojan que la adjudicataria ha facturado a Sanidad unos 63 millones de euros por servicios oncológicos y unos 81 millones por las resonancias, entre la facturación de Beanaca y la otra adjudicataria del servicio hace once años, Inscanner, empresa que pertenece al mismo propietario de la Clínica Benidorm desde 2005. Esta misma clínica tiene también adjudicado el plan de choque que Sanidad implantó para tratar de aligerar las listas de espera de los centros sanitarios públicos de la comarca.

La cuenta de las privatizaciones suma y sigue. La Marina Baixa tiene privatizados además los servicios de información en Urgencias, varias áreas de administración como son el archivo, las admisiones y la gestión de los cargos a terceros, el mantenimiento de equipos informáticos y los servicios de cocina y de mantenimiento del Hospital de La Vila Joiosa. Esta última concesión, por un importe cercano a los 3,8 millones, arrancó en 2009 con un recorte de personal del 40 por ciento y una rebaja en los sueldos de entre el 25 y el 30 por ciento, respecto a la anterior plantilla de bolsa pública. En el plano laboral, esa ha sido la tónica habitual de las privatizaciones llevadas a cabo en la comarca y denunciada por sindicatos y junta de personal en reiteradas ocasiones.

Así, la última cifra hecha pública del gasto en servicios privados es de 14.595.927 millones de euros anuales. Cómo se distribuyen, cuánto se gasta en cada servicio o si están todos incluidos en ese presupuesto del departamento comarcal, son preguntas que siguen siendo un misterio. La gerencia del departamento de salud ha facilitado los datos de la memoria del Hospital pero no da detalles y remite a Conselleria. Los responsables en Valencia hacen oídos sordos a las cuestiones que se les plantean sobre el dinero público y la requerida transparencia.

Y eso a pesar de que un aumento del 155% en el gasto para prestaciones externas es considerable, además, porque, mientras éstas casi han triplicado su presupuesto anual en cuatro años, el presupuesto global para la comarca ha aumentado bastante menos, un 34% en ese tiempo.

De 2007 a 2008, el gasto en prestaciones externas ya pasó de 5,7 a más de 8 millones, un 41% más, mientras que el presupuesto total de la comarca subió un 16%. De 2008 a 2009, el aumento del gasto en servicios privatizados fue del 32%, hasta los 10,6 millones, frente al 10% que incrementó el presupuesto global. Y la variación interanual de 2009 a 2010, cuando se superan los 14,5 millones para empresas privadas, fue del 37,4%, frente al 4,6% de aumento en la partida total de la Marina Baixa.

Los números dicen algo pese al silencio de los responsables.

conciertos abiertos

Más vigilancia para controlar los costes

Los conciertos abiertos, cuyo coste está sujeto al número de pacientes a tratar, están sobre la mesa de la gerencia del departamento comarcal. Al menos para vigilar muy de cerca el gasto y poder controlar costes, según han asegurado a este diario fuentes del sindicato Comisiones Obreras. Desde el sindicato aseguran que el gerente ha realizado incluso alguna reubicación del personal de Oncología para poder seguir de cerca esta concesión y afirman que uno de los proyectos por los que lucha el director del departamento comarcal es por traer una máquina de resonancia magnética pública a las instalaciones del Hospital de La Vila. Así aseguran que se lo ha transmitido y desde el sindicato quieren "apoyar y aplaudir esas iniciativas" que, desde la dirección no confirman ni desmienten. Lo único que sí han asegurado desde la gerencia es que "no hay proyección de conseguir una máquina de resonancia en el departamento" y es que parece que las concesiones se dejaron bien atadas pese a que ya en su día fueron muchas las voces contrarias y hoy, en tiempos de crisis, se acrecentan todavía más. Cabe recordar que los profesionales estiman que realizar las resonancias magnéticas con un equipo propio público sería entre un 30 y un 40% más rentable. Respecto a estos temas, la Conselleria vuelve a dar la callada por respuesta.