Se había inundado mil veces, pero hasta ayer todas las administraciones habían mirado hacia otro lado. Dos turistas británicos que pasaban sus vacaciones en Benidorm murieron ayer al inundarse un mercadillo en La Cala de Finestrat autorizado sobre el cauce de un barranco. La fuerte riada, que se produjo en tan sólo 25 minutos, dejó también cinco heridos e innumerables pérdidas entre los vendedores que exponían su género en el tradicional mercado de los viernes. Ni la Generalitat Valenciana ni el Gobierno central habían decretado la alerta por lluvias. El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, y el subdelegado del Gobierno en la provincia de Alicante, José Pérez Grau, que se desplazaron hasta la "zona cero" para valorar los daños, justificaron el hecho de que no hubiera ninguna preemergencia afirmando que "no se daban ninguna condición meteorológica que permitiera prever lo ocurrido". Lo mismo señalaron desde el Ayuntamiento de Finestrat, gobernado por el popular Honorato Algado. Aunque vecinos y comerciantes insistieron en que la tragedia "hubiera sido tan fácil de evitar como no autorizar un mercadillo sobre un río".

La tromba de agua se produjo en pocos minutos. De hecho, según la información de la Agencia Estatal de Meteorología, la localidad apenas registró 7,2 litros de agua por metro cuadrado en la zona de La Cala -por los cerca de 48 caídos en Benidorm-. En Finestrat pueblo, situado en la montaña, apenas llovía en el momento del desastre. ¿Por qué se produjo entonces la riada? El experto en climatología Jorge Olcina explicó a este diario que lo ocurrido ayer en La Cala de Finestrat es lo que técnicamente se llama una "inundación relámpago": una fuerte descarga localizada en un punto fijo y en un corto espacio de tiempo. Y a ello, en el caso del barranco de La Cala, que provoca inundaciones en primera línea siempre que caen cuatro gotas, se sumarían dos agravantes. Por un lado, el hecho de estar urbanizado y asfaltado, lo que hace que el agua corra a una velocidad mucho más rápida y con todo su caudal, porque no puede filtrarse en el suelo. Por otro, el gran desnivel que se produce entre el inicio de este barranco -por las urbanizaciones próximas al polígono industrial- y la desembocadura en la playa, lo que también acelera la bajada de aguas hacia el mar, según explicaron fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Unas vacaciones truncadas

Las inundaciones en la zona de La Cala por la crecida del barranco son una tónica habitual en Finestrat. Sin embargo, ayer se tornaron en tragedia al coincidir con el día en el que se monta el mercadillo municipal, con unos 150 puestos y que congregan semanalmente a cientos de visitantes.

Un matrimonio británico de 70 y 72 años de edad que pasaba sus vacaciones en un hotel de Benidorm junto a otros dos familiares falleció arrastrado por el agua mientras daba un paseo por los puestos del mercado. Al parecer, según indicaron varios testigos directos, la mujer se encontraba apoyada sobre la barra de la zona del bar y el agua la arrastró hasta hacerla caer. Su marido intentó ayudarla, pero se les vino encima la riada, que les arrastró a ambos y también a un encargado del puesto. Este último pudo salir por sus propios medios pero el matrimonio quedó atrapado bajo una furgoneta y cubierto por casi un metro de agua, sin que les fuera posible escapar.

Además de las dos víctimas, otras cinco personas resultaron heridas de diversa consideración. Un hombre de 88 años y otro de 51 tuvieron que ser trasladados al Hospital Comarcal al sufrir una fractura de húmero y una contractura respectivamente, aunque el último recibió el alta horas más tarde. Además, otros tres hombres de 31, 45 y 60 años tuvieron que ser atendidos sobre el terreno por quemaduras en la piel y otras heridas de carácter leve.

Pero el desastre pudo ser mayor. Inicialmente también se dio por desaparecida a una mujer de 90 años que estaba en el mercado junto a su hija, a la que perdió de vista en la crecida del río. Los servicios de emergencias pensaban que podía haber sido arrastrada por la corriente, aunque finalmente la encontraron ilesa en las inmediaciones del barranco.

Vecinos y vendedores criticaron que, pese a las múltiples llamadas al 112, los servicios de emergencias "tardaron demasiado" en llegar hasta el lugar de los hechos, lo que obligó a toda la gente que en ese momento estaba en el mercadillo a trepar y engancharse como pudo para no ser también arrastrada por la corriente. También a ayudarse unos a otros. "El agua nos llegaba por la cintura", indicaron numerosos comerciantes, que minutos después se lamentaban de haberlo perdido todo y no paraban de repetir una frase: "Nadie ha venido a auxiliarnos".

El Ayuntamiento decreta dos días de luto oficial

Finestrat decretó ayer por la tarde dos días de luto oficial en la localidad, debido a la tragedia ocurrida en el mercadillo de La Cala. "Finestrat está consternado y afligido", indicó el alcalde, Honorato Algado, quien destacó que el de ayer fue "el peor día desde que estoy en el gobierno y creo que también el de muchos compañeros de corporación". El Consistorio celebró una reunión de urgencia con todos los grupos políticos y después acogió la visita de la ministra de Sanidad, Leire Pajín. Como ya hizo por la mañana el conseller de Gobernación y el subdelegado, ambos trasladaron sus condolencias a los familiares de las víctimas y también al cónsul británico en la provincia, Paul Rodwell.