"No me parece mal que pongan una tasa pero que sea también para la gente de fuera". Es la opinión de Ricardo, vecino de Benidorm y propietario de un perro, y es la que comparten muchos residentes de la localidad, que consideran un tanto "injusto", en palabras de Krystina, otra vecina dueña de un can, que sean los benidormenses propietarios de perros los que paguen en exclusiva las tareas de limpieza viaria relacionadas con estos animales. Argumentan que son miles las personas que vienen de vacaciones o tienen segunda residencia y acuden aquí con sus mascotas y que precisamente, "los de aquí somos los que sí recogemos las cacas porque se trata de nuestra ciudad".

La polémica ha saltado a la opinión pública después de que el gobierno local anunciara una nueva normativa por la que Benidorm se convertirá en la primera ciudad de la provincia que cobre entre 15 y 20 euros anuales por tener un perro como mascota. La medida municipal nace para que los propietarios de canes contribuyan al gasto que conllevan las bolsas para la retirada de heces de la vía pública, unos 42.000 euros anuales, y para crear una "brigada verde", que permita localizar las zonas más conflictivas y detectar a aquellos que incumplen la norma para poder sancionarles. Las sanciones por no retirar los excrementos también se endurecerán y serán de entre 6.000 y 12.000 euros, según avanzó el gobierno local.

Los hay a favor y en contra. Muchos vecinos que no son propietarios de mascotas consideran buena la medida porque "al igual que se paga un impuesto de circulación por tener un coche o una moto, por qué no van a contribuir las personas que tienen perro", opinó Francisca. También algunos propietarios de perros ven bien la propuesta. "Si todos pagamos impuestos y tenemos un miembro más en la familia por qué no va a contribuir también", indicó Laurencio, vecino de Valencia y propietario de un can a quien le parece que todas las ciudades podrían hacer algo similar.

Sin embargo, son también muchos los que ven la ordenanza con malos ojos. Incluso los propios trabajadores de la limpieza viaria. "Lo que deberían hacer es estar más encima de los que no recogen los excrementos", ya que, además, aseguran, hay zonas conflictivas localizadas. La colonia Madrid o el parque de l'Aigüera, son algunos de los puntos más sucios, según los operarios, que aseguran que hay zonas donde farolas, árboles y esquinas están "llenas de cacas".

Otra de las críticas viene por la falta de instalaciones específicas para mascotas. "Si no hay una zona de esparcimiento para perros ni nada parecido por qué hay que pagar", se preguntan algunos dueños de perros. Muchos ven innecesaria una tasa. "Si la gente recoge las cacas no veo por qué tienen que pagar, si seguimos así, pronto vamos a tener que pagar un impuesto por pasear".

Hay dos cosas en las que tanto residentes como turistas, tanto los que tienen perros como los que no, están de acuerdo: Todos consideran que lo que hay que hacer es multar a los que no recogen excrementos y todos le ven las "malas pulgas" a la ordenanza en su "afán recaudatorio", aunque unos lo vean razonable y otros no tanto. Desde el gobierno local se han esforzado por dejar claro que no hay un interés recaudatorio, sino que ese dinero se destinará a la "patrulla verde", la compra de bolsitas para excrementos y otros proyectos relacionados con los animales. Lo cierto es que cuando se aplique, el Ayuntamiento de Benidorm recaudará entre 158.000 y 211.000 euros anuales.