El Museo de Villajoyosa, a través del trabajo de doctorado de la arqueóloga Paula Bernabeu, ha constado la "excepcionalidad" de once piezas de cobre de la época romana halladas en diferentes excavaciones realizadas durante los últimos años en la localidad, han informado hoy fuentes municipales.

El concejal de Cultura, José Lloret, ha destacado que Bernabeu ha desarrollado "un importante trabajo" con esos once "objetos singulares de bronce", procedentes de seis yacimientos romanos de Villajoyosa: cuatro villas o lujosas residencias señoriales y dos cementerios.

Estos estudios son "claves para comprender el significado de esas piezas, para darles la importancia que merecen en el nuevo museo y para entender el esfuerzo que ha costado excavarlas, recuperarlas, restaurarlas e investigarlas", según Lloret.

"Una vez más, el trabajo rápido y eficaz de los arqueólogos del servicio municipal permite la conservación de estas y otras piezas que conforman una colección excepcional en la Comunitat Valenciana en muchos aspectos", ha afirmado el edil.

Uno de los objetos descubiertos más importantes es la placa decorativa de la villa de Barberes Sud (todavía en proceso de excavación) por su calidad y porque es "una pieza muy rara que se fecha entre 50 y 200 d.C.", han explicado fuentes municipales.

Está decorada con un cimacio lésbico y decoraba un altar, pedestal de estatua o inscripción de piedra, que seguramente estaba en el atrio o patio principal o en la capilla (lararium) de la villa, según fuentes del Museo Municipal.

Otra pieza de gran importancia y valor excepcional es el "crepitaculum de Somnus" (sonajero del dios del Sueño) de la Creueta, de hacia el año 100 d. C.

Se trata de un sonajero formado por una compleja cadena trenzada de bronce de la que cuelgan seis platillos y una imagen de Somnus, el dios del sueño.

"Esta pieza, absolutamente excepcional, es, además, una de las contadas representaciones de este dios en Hispania. La necrópolis de Creueta ha dado también una pulsera de adulto y otra infantil, y un pasador de cerradura de bronce de una caja o cofre de los siglos I a. C.-I d. C.", ha señalado el director del Museo Municipal, Antonio Espinosa.

Asimismo, se ha investigado la cabeza de Sileno (excavación Camí La Vila II) que, con origen entre el año 0 y el 150 d. C., adornaba probablemente el asa de un jarro o caldero de bronce.

Otra pieza es el "stylus" de Poble Nou (siglo I antes de Cristo): un punzón de escribir en tablilla de madera encerada.

Según el concejal de Cultura, es "una pieza excepcional de la que el museo tiene otro ejemplar igual prestado al Museo de Prehistoria y de las Culturas de Valencia, representando a la ciudad romana de Allon", una de las diez de la actual Comunitat Valenciana.

El anillo de serpiente enroscada de Jovada I (excavación de Xovades) es otra de las piezas que forman parte de la completa investigación.

Igualmente, se ha estudiado el "tintinabulum" (campana) de la excavación de Els Plans, probablemente de época bizantina (s. VI), que pudo tener diferentes usos: para combatir el mal de ojo y los malos espíritus en la casa, para llamar a ceremonias religiosas domésticas o para colgarlo del cuello de animales.

De la necrópolis de Casetes procede una spathomele o sonda médico-quirúrgica, fechada entre 110 y 50 a. C., para la exploración de los pacientes o, en este caso, seguramente para agitar un ungüento farmacéutico.

Por último, el "simpulum tipo Pescate" de Poble Nou, fechado entre 100 y 70 a. C., es un objeto de lujo que apareció golpeado y con el mango doblado en el interior de una tumba para evitar que nadie lo pudiera robar y volver a utilizar.

Su excavación, traslado al museo y restauración representaron "una dificultad extrema", por ser "sus paredes de menos de un milímetro de grosor y estar fracturado en más de cien trozos diminutos", según fuentes municipales.

El asa representa también una cabeza de lobo, animal protector en este mundo y en el viaje al otro. Estos cazos se usaban para servir el vino, pero también para ceremonias religiosas y funerarias.