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El mundo del teatro amateur de Altea está de luto. El actor, director y autor teatral Carlos Ballesteros falleció el pasado domingo en Móstoles (Madrid) a los 75 años de edad víctima de un cáncer hepático diagnosticado mes y medio antes. Ballesteros vivió en Altea entre enero de 2000 y diciembre de 2009, y en el municipio colaboró con los grupos locales de teatro amateur Plà i Revés y Albalat Teatre dirigiéndoles en los montajes de sus obras "Oh!, que buenas son las suegras" (2000) y "Esperando al señor S" (2008), que después se estrenaría en el Teatro Español de Madrid con actores profesionales. También dio voz a los textos que acompañaban la obra obligada del Certamen de Bandas de Música Villa de Altea de 2005 que estaba dedicada al Quijote.

Ayer, la directora teatral y presidenta de Plà i Revés, Sonia Cabrera, recordaba a Carlos Ballesteros como una de las personas más influyentes "en la trayectoria de los grupos de teatro amateurs alteanos", pues "además de ser un gran actor, como director nos enseñó muchísimo. Era muy meticuloso y estricto, pero mientras estuvo con nosotros fue como recibir un 'master classes' de primer nivel".

Carlos Ballesteros estaba considerado como uno de los grandes del teatro de la segunda mitad del siglo XX y uno de los galanes del cine de los 60 y 70, hasta el punto de que se le llegó a comparar con Paul Newman por su físico y su estilo como actor. Nació en Zaragoza en 1935 y comenzó a actuar muy joven en el Teatro Español Universitario, donde participó en los montajes de "Seis personajes en busca de autor" (Pirandello) y "La vida es sueño" (Calderón de la Barca). Su pasión por las tablas le llevó a abandonar sus estudios de Filosofía y Letras. A lo largo de su vida profesional participó en mas de un centenar de obras de grandes dramaturgos como Zorrilla, Buero Vallejo, Lope de Vega, Cervantes o Valle-Inclán, a los que habría que sumar las de autores internacionales como Shakespeare, Ibsen, Molière, Steinbeck, Poe o Esquilo.

Aunque principalmente fue actor de teatro, su incursión en el cine se inició en 1962 de la mano de José María Forqué, a cuyas órdenes rodó "Accidente 703". A éste seguirían hasta una veintena de títulos entre los que destacan "Tatuaje" (Bigas Luna), "La espada negra" (Francisco Rovira Beleta), "Nunca en horas de clase" (José Antonio de la Loma) o "Locas vacaciones" (Hubert Frank). Y en televisión, además de actuar en los recordados "Estudio 1" de TVE, su fama resurgió con el papel de Nicolás, el suegro de Emilio Aragón en la popular serie "Médico de familia". Desde septiembre de 2010 dirigía la Escuela Municipal de Teatro Clásico de Navalcarnero (Madrid), municipio en el que residió hasta su muerte .

El intérprete no tuvo entierro, ni fue incinerado, ya que había donado su cuerpo a la Ciencia.

vivencias

El grupo fallido en la Marina Baixa

Carlos Ballesteros se enamoró de Altea y en este municipio decidió vivir su retiro, pero el teatro lo llevaba en la sangre y presentó un proyecto al Ayuntamiento de Altea para crear un grupo de teatro contemporáneo "con actores semiprofesionales de la comarca que estén dispuestos a salir de gira por los circuitos de Madrid y Barcelona", según dijo en marzo de 2000 durante una entrevista concedida a INFORMACION. Para él era "viable" la posibilidad de que algunos estudiantes de la Facultad de Bellas Artes optasen a formar parte del grupo teatral pero se encontró con la sorpresa de que, a pesar de anunciarlo en la misma Facultad, no tuvo respuesta, "una prueba de que los universitarios no participan del ambiente cultural de Altea", apostilló entonces.