El historiador Vicente Márquez presentó el viernes la segunda edición del libro "Los Archivos de la Fiesta en La Vila", una publicación que sirve casi de manual, a forasteros y vileros, sobre los Moros y Cristianos del municipio. En él se expone de forma metódica y clara de dónde vienen y cómo han evolucionado estas fiestas, declaradas de Interés Turístico Internacional, y que ahora esperan ser catalogadas como patrimonio inmaterial. En la presentación estuvieron presentes, además de regidores, destacados miembros de la Asociación Santa Marta, organizadora de los actos de Moros y Cristianos, y que pone su sello editorial al volumen. También asistieron miembros de Cáritas Villajoyosa, entidad a la que el historiador cede los beneficios que se obtengan de la venta del libro.

En la presentación el autor repasó el contenido de una edición que amplía el trabajo reinvestigación publicado por primera vez en 1999 y que despliega toda la documentación referida a las fiestas desde 1753 hasta 1961. Entre los nuevos aspectos destaca la inclusión de un capítulo donde alude a las danzas del siglo XVIII como antecedente de los actos de Moros de La Vila, que desaparecieron al contario de lo que ocurrió en otras poblaciones cercanas como Callosa d'en Sarriá. "Las danzas que se hicieron aquí varios años del siglo XVIII no describen exactamente el precedente de las actuales fiestas, pero dan una idea del devenir histórico en el que se han ido conformando", explicó Márquez. Éste también repasó parte del anecdotario completo que relata sobre las fiestas hasta mediados del siglo XX. Recordó, entre los ejemplos, cómo en 1883 se disparó un castillo pirotécnico relatado como "ejecutando durante el disparo varias piezas musicales de la población", al estilo de los "actuales" espectáculos piromusicales. Habló del año en que no hubo castillo porque se explosionó todo en un accidente; y de otro ocasionado en 1926, que provocó heridos de gravedad, al explotarle a un valenciano un arcabuz demasiado cargado con el que se presentó en la población tras hacerse con él en Alcoy; y recordó el esplendor de las fiestas de 1901 gracias a la lotería. Pocas anécdotas para un libro a través del cual, recordando la fiesta, se dibuja cómo era la sociedad de la época y cómo ha evolucionado hasta ahora.