Más de medio millar de personas se dieron cita ayer en la tradicional procesión de San Ramón Nonato, a la que acudieron decenas de madres con sus hijos, embarazadas y mujeres con anhelo de ser madres en busca de la bendición de este patrón de las parturientas. Carritos de niño, mujeres luciendo ropa premamá y redondas barriguitas se entremezclaban con la fe que transmitían los vecinos de Xirles.

Concluyen así las fiestas patronales de esta pedanía de Polop, con la marcha tradicional por las calles del pueblo que reúne no sólo a embarazadas y recién nacidos que quieren ser bendecidos, sino también a "todas las mujeres de la comarca que quieran concebir un bebé", según informó para este diario Gabriel Fernández, alcalde de Polop.

Desde la Iglesia del pueblo parten cuatro costaleros que pasean el Santo a cuestas por todas las calles de la aldea, y son los sacerdotes y autoridades los que presiden la procesión. A ellos les acompañan los "más de 450 vecinos de toda la comarca" que cada año asisten a esta procesión, que además viene ambientada por una banda de música. Según explicó el edil, la tradición de los costaleros se transmite "de generación a generación, de padres a hijos", y muchos son los que desean ser partícipes de esta tarea. Esto es una muestra de la "gran devoción y fe de los vecinos de la aldea" en su patrón, ya que los vecinos velan por mantener este ritual que se repite cada 31 de agosto. Una vez la marcha llega a la plaza de Xirles, los párrocos de las iglesias "más familiares" y de los "pueblos más cercanos" ofrecen los bebés al patrón y les otorgan su bendición a las madres e hijos más devotos, que esperan con ilusión a que el sacerdote les reciba.

La tradición, celebrada durante "más de 80 años" en la aldea alicantina, pone fin a las fiestas patronales, que comenzaron el pasado sábado, y que terminan con la típica cena y el baile de los aldeanos en la plaza del pueblo, así como con una chocolatada popular como colofón de fiestas.

Redentor de los cautivos cristianos

Cuenta la leyenda, que en el pueblo de Portell (provincia de Lérida), San Ramón Nonato, patrón de embarazadas y parturientas, vino al mundo este niño de modo milagroso, ya que fue extraído del vientre de su madre cuando ella ya estaba muerta. De aquí el sobrenombre con el que es conocido, No-Nato, no nacido. Según la historia que ha llegado a nuestros días, fue la daga de un cazador el instrumento empleado para sacar al niño del vientre de su madre. Descendiente de la familia noble catalana los Cardona, el joven ingresó en la orden de los Mercedarios y dedicó sus días a predicar la fe cristiana y la redención de cristianos caídos en manos de sarracenos. La comisión nombrada por Benedicto XVI propuso eliminar del calendario la fiesta de San Ramón por "la dificultad de encontrar documentos fidedignos que sobre su vida". ade palomar