Las obras de mejora de la línea del Tren Metropolitano de Alicante a Dénia (TRAM) entre las poblaciones de Altea y Calp obligan a suspender temporalmente el servicio de ferrocarril en ese tramo y a realizar el trayecto en autobús. Ayer, la distancia que cubre esas dos poblaciones comenzó ya a cubrirse en autocares, entre los apeaderos Olla de Altea y Calp.

El corte de la línea 9, con los correspondientes cambios horarios que ha conllevado, se mantendrá durante unos cuatro meses, según han informado desde Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), aunque las obras se prolongarán al menos durante seis, explicaron. Estas se producen en el mismo tramo en que el pasado domingo descarriló una unidad del TRAM sin provocar heridos.

Las obras, cuya inversión asciende a 2,77 millones de euros, contemplan el refuerzo de varios terraplenes por los que discurre el tren, así como la construcción de dos viaductos, entre otras actuaciones para mejorar el terreno en el que asienta la vía férrea, que se ha visto deteriorado y provocaba ciertas complicaciones en épocas de lluvias.

La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente destacó que "este proyecto mejorará la seguridad y confort de los usuarios" y explicó que el servicio alternativo de autobuses, que es gratuito, cubrirá los ocho kilómetros que separan las dos paradas en unos 15 minutos, aunque se ha previsto un poco más de margen para que los viajeros puedan llegar sin problemas al enlace, teniendo en cuenta el tiempo de subida y bajada de pasajeros entre ambos transportes.

Dos vehículos realizarán este recorrido por carretera y, en momentos puntuales de especial afluencia de viajeros, se incorporarán unidades de refuerzo a esta flota.

La línea 9 registró el pasado año 700.000 viajeros y, sólo en el primer semestre de 2011 ha alcanzado ya los 375.633 clientes.

45 minutos de espera para entrar a trabajar al Hospital o ir a clase

El cambio en los horarios del TRAM desde la Olla de Altea en dirección Alicante ha desatado las quejas de los usuarios del servicio, principalmente en el Hospital comarcal de la Marina Baixa ya que, desde ayer, los trabajadores que viajan en TRAM desde Altea o l'Alfàs del Pi, se ven obligados a esperar 45 minutos para entrar a trabajar. Los trenes que antes llegaban a menos cuarto (cada hora) ahora lo hacen con la misma frecuencia pero a y cuarto, por lo que hay que llegar con 45 minutos de antelación ya que, de esperarse al siguiente tren, llegarían tarde a su relevo. El nuevo calendario provocará además, una vez comience el año académico, esperas similares entre los estudiantes de la comarca, principalmente de Formación Profesional, que han de acudir a institutos de poblaciones que no son la suya.

Así lo han denunciado esta semana los propios usuarios y desde la Junta de Personal del Hospital de La Vila, que pide a FGV que se replantee los cambios, ya que, entre otras cosas, impide a los trabajadores que tienen hijos poder llevarlos a clase antes de entrar a trabajar.

Ayer lo denunciaba también el grupo municipal socialista de Altea que lamentaba la forma de gestionar la puesta en marcha de las obras por parte de la Conselleria. Los socialistas tildaron de "caos" la situación que genera en muchos alteanos y usuarios de otras poblaciones este cambio de horarios y lamentaron que FGV los considere "molestias" cuando son "problemas graves".