A la 1.13 y a las 3.13 horas de la noche. Son los dos únicos trenes en horario nocturno que ofrece el servicio de transporte metropolitano (TRAM) que recorre la costa alicantina. Un servicio que ni siquiera es diario, por lo que los más de 500.000 alicantinos que hacen uso de este transporte en verano -según los datos aportados por Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana-, tan sólo podrán "tramnochar" de jueves a sábado, y únicamente hasta el 3 de septiembre.

Las carencias de este medio de transporte no sólo afectan a los vecinos de la provincia de Alicante, sino también a los turistas, que sufren las deficiencias del transporte público pese a que son el motor de la economía de la Marina Baixa.

Desde FGV aseguran que de lunes a miércoles la demanda del transporte es "muy baja" en horario nocturno y que es a partir del jueves cuando aumenta el número de viajeros de noche, por lo que es sólo entonces cuando se ofrece esta "alternativa más segura que el coche por carretera".

Sin embargo, muchos jóvenes que disfrutan de las vacaciones estivales demandan la necesidad de ampliar el horario del Tramnochador entre semana, puesto que, tal y como afirmó José Ortiz, vecino de El Campello, "ahora en verano se sale cualquier día a tomar una copa y si tienes que ir en coche ya no puedes hacerlo". Con este medio de transporte alternativo, los ingresos en el sector de ocio y turismo se verían incrementados y habría más gente que "quisiera salir por la noche a zonas de fiesta", aseguró este vecino.

Fuentes pertenecientes a FGV explicaron que los horarios del tranvía se gestionan "de la mejor forma posible" atendiendo a "criterios de demanda y contando con el dinero que se recibe de las subvenciones de la Conselleria y de la venta de billetes". Por ello, el servicio, según la empresa, da cobertura a la cantidad de "usuarios potenciales" del tranvía. Desde la compañía añadieron que la red tranviaria metropolitana "se ha mantenido gracias al turismo", lo que sería más razón para que hayan trenes a altas horas en verano. "Soy de Dènia y entre semana no puedo ir a cenar a Benidorm porque no tengo cómo volver a casa, no hay tampoco autobuses a mitad de la noche", afirmó Dolores Alfaro, vecina dianiense. Los datos facilitados por FGV señalan una crecida de la demanda de este servicio en la época de verano, "en invierno se registraron alrededor de 300.000 usuarios a diario, mientras que en verano pueden ser más de 500.000", indicó el gabinete de prensa de la empresa.

Por otro lado, muchos trabajadores de la comarca que utilizan el tranvía para desplazarse a su lugar de empleo reclaman también la ampliación horaria. Gran parte de ellos atienden la demanda turística, por lo que su jornada laboral se extiende durante los meses de verano y poco son los que pueden llegar al tren de las diez cuando en Benidorm, por ejemplo, todo tipo de tiendas y negocios están abiertas a las once, las doce o la una de la madrugada. "Trabajo en el puerto de La Vila Joiosa y el último tren pasa a las diez y algo, y de lunes a miércoles hay veces que se me escapa", declaró Joaquín Gea, empleado en el sector de pesca, que asegura que ha de "correr" cuando sale de trabajar para intentar llegar a tiempo.

Ampliación de líneas

La web de FGV anuncia diferentes proyectos para ampliar las estaciones de las líneas del TRAM, pero entre éstas no se encuentran las zonas situadas más al sur de la comarca, por debajo de Alicante, como son las playas de Elche, Santa Pola o Torrevieja, por lo que el servicio permanece difícilmente accesible para muchos ciudadanos del sur provincial.

"Me gusta utilizar el TRAM para ir al trabajo porque me resulta un transporte cómodo, sin embargo cada mañana tengo que ir a la Plaza de los Luceros de Alicante para cogerlo", denunció Vicenta Brotons, vecina ilicitana trabajadora en el sector hostelero de El Campello. Aunque son más de 5.240.000 los usuarios que han hecho uso del TRAM en 2010, según los datos de FGV, fuentes de la empresa declararon que "los transportes públicos son deficitarios" por naturaleza, ya que "mantienen un presupuesto por debajo del coste que éstos tienen" y por tanto es más difícil realizar ampliaciones de las zonas que recorre el TRAM. A pesar de ello, FGV aseguró que el transporte, además de ser un "dinamizador social" que presta un servicio público, "ahorra petróleo y es barato". Tambien afirmaron que un tranvía abarca el mismo volumen que "tres autobuses", por lo que, con el TRAM, se reduce la congestión de tráfico y "la ocupación en la vía pública es menor".