Los agricultores de Callosa d'en Sarrià apuran la venta de nísperos este año y tratan de forzar la salida del producto en nuevos mercados y a precios abiertos para paliar, en la medida de lo posible, los devastadores efectos de la conocida como crisis del pepino para el sector hortofrutícola.

Desde la Cooperativa Agrícola callosina hablan de "auténtico caos" en el sector y aseguran que "estamos ante una desgracia económica mucho peor de lo que se ha dicho". El alcance de la crisis del pepino no sólo ha arruinado la comercialización de esa hortaliza sino que arrastró consigo a todas las verduras y frutas españolas y ha tocado de muerte, al menos en la campaña de este año, al níspero de Callosa.

Con la crisis agrícola, llegó el cierre de mercados y con este el rechazo del níspero en el principal punto de comercialización de los agricultores callosinos, el italiano, donde cada año se vende aproximadamente un 60 por ciento de la producción total de nísperos. Las dos grandes cadenas de alimentación de Italia, Coop y Esselunga, descartaron el producto por ser español y sólo esas dos empresas, suponen ya bloquear la salida al mercado de más del 30 por ciento de la cosecha.

La venta y distribución del níspero se alarga, "porque no se vende", lamentaron desde la cooperativa. La comercialización debía haber terminado hace al menos tres semanas y, sin embargo, todavía queda fruto excedente, que se trata de colocar "al precio que sea" apurando al máximo que permite el producto que, al ser perecedero, apenas deja un margen de tres semanas a un mes desde que se recoge hasta que se consume, según explicaron los agricultores callosinos. Ese margen está ya agotándose.

La crisis del pepino sorprendió a la Cooperativa local cuando tenía "el máximo de producto en stock en las cámaras", según informaron fuentes de la entidad, lo que ha supuesto un grave perjuicio económico del que aún no se tienen cifras, a la espera de agotar todas las vías de venta posibles.

Para hacerlo, el producto "se está regalando" a precios "de rebajas" y se han buscado huecos en mercados de poca tradición en el consumo de nísperos como Inglaterra, Alemania o Rusia (que finalmente también cerró fronteras). Y la Cooperativa hace encajes de bolillos en países de tradición como Italia, España, Portugal o Francia para distribuir el fruto a través de pequeños mayoristas, es decir, en cantidades pequeñas, ante el rechazo de los grandes.

La Cooperativa ha salido incluso fuera de Europa, a países como Costa Rica o Emiratos Árabes, sin embargo, en estos mercados "las cantidades son tan pequeñas que son testimoniales".

La cosecha de este año

Este año se han recogido algo más de 12.000 toneladas de nísperos, de las 13.000 que se esperaban, pero la crisis irrumpió cuando se había recolectado ya más del 90 por ciento de la cosecha y el resto se dejó perder en los árboles a pesar de que el fruto había batido récords de calidad y tamaño. Aseguran los agricultores que, con lo que se saque, no dará "ni para cubrir los gastos de recogida". Es la primera vez que se ven obligados a tirar producto a la basura: unos 300.000 kilos hasta el momento.

A la espera de las anunciadas ayudas

Los agricultores callosinos nada saben de las "escasas" ayudas que se han anunciado desde las administraciones para el sector, pero exigen indemnizaciones porque "se ha hecho mucho más daño del que se ha dicho".

Para los cultivadores de nísperos "el tratamiento mediático que se ha dado al tema no ha sido el que debía", pues consideran que "se ha intentado disimular el daño y el sector está mucho peor de lo que se dice". "Se ha creado una mala imagen del producto español" y costará recuperar la confianza del consumidor: "Hemos visto producto nuestro con carteles que decían que era italiano".

Verduras, frutas, cítricos, ningún producto agrícola ha salido indemne de la crisis y las ayudas que se plantean, según los cooperativistas de Callosa, "son totalmente insuficientes, las pérdidas reales son de miles de millones de euros" y no va a haber dinero para todos, según temen.

El próximo lunes, representantes de la Cooperativa viajan a Valencia para mantener una reunión al respecto. Mientras tanto, el sector apura las ventas. Todo para minimizar pérdidas, porque "no es lo mismo vender un producto que empujarlo", destacaron.