La conocida como crisis del pepino ha arruinado la campaña del níspero de este año. Las falsas acusaciones del gobierno alemán contra productos de origen español, han provocado pérdidas devastadoras también entre los cultivadores de nísperos de Callosa d'en Sarrià que han visto bloqueadas sus exportaciones.

Las pérdidas han dado al traste con la campaña pues la cooperativa callosina exporta cada año hasta un 70 por ciento del producto. Para intentar colocar ahora los frutos, que ya estaban recogidos y listos para su distribución, los productores han tenido que dilapidar los precios.

Los agricultores de Callosa d'en Sarrià se han encontrado las puertas cerradas de su principal mercado internacional, Italia. "Las dos grandes cadenas de supermercados italianos, Coop y Esselunga, han rechazado este año la comercialización del fruto por ser un producto español", según informó el presidente de la Cooperativa Agrícola de Callosa d'en Sarrià, Alejandro Galiana.

"Incluso después de que se supiera que los productos españoles no tenían nada que ver, han decidido no vender níspero este año", señaló Galiana. El miedo generado en el consumidor se ha trasladado a las empresas de distribución alimentarias, que temen comprar productos para que luego no tengan salida. Una representación de la Cooperativa callosina viajó hasta Italia para tratar de abrir camino al níspero y aclarar que nada tenía que ver su producto con el brote de E. Coli localizado en Hamburgo (Alemania), pero nada pudieron hacer con las grandes cadenas.

A falta de datos concretos, pues el cierre de la campaña de comercialización todavía no se ha producido, los agricultores no esperan sacar "ni para cubrir los gastos de recogida", explicó Galiana, pues el precio del fruto se ha desplomado a menos de la mitad, según informaron. "El precio del producto es regalado", afirmó el presidente de la Cooperativa, "vale más tirarlo", destacó.

Parte de la cosecha, a la basura

De hecho, los productores incluso se han visto obligados a tirar parte de la cosecha a la basura. Más de 300.000 kilos han sido desechados por los agricultores, que quieren acogerse a las subvenciones que la Unión Europea contempla en estos casos. "Nunca hemos tirado frutos pero este año hemos tenido que hacerlo, hemos tirado las piezas de peor categoría y hemos solicitado las subvenciones de Europa, aunque los precios a los que nos los pagan son de risa", indicó el portavoz de los agricultores.

El resto del producto se trata de comercializar aunque sea a bajos precios, para minimizar las pérdidas. "La crisis nos pilló cuando ya estaba todo casi recogido y por eso estamos tratando de venderlo", explicó Alejandro Galiana.

En total, se han recogido poco más de 12.000 toneladas de nísperos en la presenta campaña. Algo por debajo de la cifra estimada, que preveía superar las 13.000 toneladas, porque "los árboles que todavía estaban por recoger cuando saltó la crisis del pepino, hacia el 25 de mayo, han dejado que el fruto se pierda", indicó el portavoz de los agricultores, para evitar pérdidas mayores.

"La crisis nos ha hecho mucho daño, mucho daño", destacó Alejandro Galiana. La crisis de hortalizas y frutas ha sido ruinosa para la cosecha de este año a pesar de que el fruto había batido récords de calidad y tamaño. Pese a las heladas, la buena climatología en el momento de maduración del níspero había conseguido que el volumen de kilos recogidos no se viera mermado y las expectativas de precios, ante piezas de tan buen sabor y apariencia, eran muy buenas.

La campaña de comercialización arrancó a principios de mayo con muy buenos resultados, según detalló Galiana, pero, tras la alerta generada, "la estrategia ha sido rebajar los precios para poder vender". Y todavía queda mucho níspero en el mercado. Los agricultores esperan poder colocar todo el producto, eso sí, "a precios muy muy bajos", lamentó Galiana.