En 2007 apostó por organizar un encuentro entre creadores de documentales temáticos, poco comerciales pero muy comprometidos. Fue el germen de "Cinestrat", que celebra esta semana su quinta edición.

¿Cómo surgió Cinestrat y qué ha aprendido de las convocatorias celebradas hasta ahora?

La primera edición surge con la idea de rescatar un viejo amor por el cine documental, un interés aplazado que gracias a las nuevas tecnologías hemos podido reactivar y responder exhibiendo y premiando para dar valor añadido a un cine que está oculto pero que merece nuestra atención al 100%.

¿Cuál es el objetivo del festival?

Promocionar el cine documental social independiente. Animar a los realizadores, que hacen un esfuerzo personal tremendo produciendo sus películas, a seguir en la brecha apuntando al mundo con su mirada crítica a través de sus cámaras.

¿Cómo se implica a nuevos talentos y jóvenes en el género del documental en una época donde prima tanto la ficción?

No es fácil, pero trabajamos a nivel local con los colegios realizando talleres y cortos, que luego exhibimos en el festival.

¿Cuesta mucho hoy en día financiar estos certámenes?

Es un hobby, una pasión. Tenemos apoyos modestos pero imprescindibles. Entendemos que no ofrecemos glamour, sino realidad, sin efectos especiales, y eso no atrae fondos de la misma manera que el cine de ficción, pero sin nuestros patrocinadores CAM y Ciudad de la Luz no podríamos hacer nada, sobre todo entregar los premios, este año 7500 euros en metálico.

No cita al Ayuntamiento...

Hace tiempo el alcalde nos dijo que no nos daba dinero para el festival y respondí que aun así éste continuaría. Agradecemos el apoyo logístico que nos da el Ayuntamiento. Este no es un certamen para ganar dinero, si hay menos ayuda, invitamos a venir menos gente pese a que el objetivo sea crear un foro de intercambio. Lo importante es mantener el espíritu y el formato.

Volviendo a la Ciudad de la Luz, ¿hasta qué punto ayuda a los festivales de la provincia?

Ciudad de la Luz no solo apoya a los festivales de cine de Alicante y provincia sino que también nos entienden muy bien, porque saben de sobra lo duro que es esto de hacer cine a todos los niveles. Nos sentimos muy arropados aunque el nuestro sea el cine más humilde de todos y por eso contar con la ayuda de Ciudad de la Luz tiene doble valor.

¿Qué vamos a ver en esta edición de Cinestrat?

El trabajo de comunicadores de causas. 55 documentales de 12 países sobre educación y solidaridad. Todos los pases son gratuitos.

"Cinestrat" tiene la particularidad de ser un festival de Finestrat que se celebra al tiempo en otras localidades, incluso en el extranjero, ¿cómo surgió la idea de crear sedes externas?

Una persona de Lima (Perú) contactó con nosotros interesada en el festival. Propusimos llevarlo hasta allí si encontraba un sitio. Lo organizó para que lo celebráramos en el Centro Cultural de España y estuvimos allí 10 días. Ahora les enviamos solo las películas seleccionadas del catálogo de Cinestrat para que no les supongan costes, y pueda disfrutar de las proyecciones más gente.

¿Se mantendrá el festival en el tiempo en Finestrat?

Somos ya un nutrido grupo de amigos en Finestrat quienes formamos el equipo del festival, basado en el amor al cine documental, y tenemos ánimos de sobra para seguir en todas las sedes que hemos ido aglutinando. Estoy encantado con mis colaboradores y hay una gran sinergia entre nosotros. Todo el trabajo en Cinestrat, que nos lleva unos 8 meses al año, se basa en el voluntariado. Finestrat es un pueblo encantador y la gente que nos visita en el festival se sorprende de encontrarlo. Todos definen Cinestrat como un festival diferente con un ambiente muy familiar. Hemos cumplido 5 añitos y vamos a por los siguientes cinco. El mundo necesita el cine documental social para aprender a tener la mirada crítica que estos tiempos de transformaciones exigen de las personas que no quieran vivir engañadas.