La Concejalía de Playas de Benidorm reabrió ayer sus tres playas al baño tras haber retirado unos 1.200 kilos de medusas de la orilla y las zonas de baño, según informó ayer la edil responsable, Mariola Fluviá. Los trabajos de limpieza manual se iniciaron el pasado martes cuando se detectó la plaga en el litoral de la capital turística. El pasado miércoles, en que se cerró la playa al baño dada la cantidad de medusas en las zonas más próximas a la orilla, el equipo fue reforzado con más personal y maquinaria, logrando retirar más de una tonelada de estos peligrosos organismos de la especie "Chrysaora hysoscella" o "medusa de compases" que se caracteriza "por provocar una picadura especialmente dolorosa", según informaron desde el Instituto de Ecología Litoral que estiman que "en 3 ó 4 días" pueda haber pasado ya este banco.

A los trabajos de limpieza, afortunadamente, se han unido las corrientes marinas para alejar las medusas de las zonas de bañistas, según informó la edil de Playas de Benidorm, aunque ayer aún se detectaba un banco entre las zonas del Torrejó y el Parque de Elche.

El banco de medusas, que el miércoles se extendía desde Sierra Helada hasta El Campello, se esparcía ayer tocando la bahía de Altea y llegando también hasta las playas de San Juan y el Postiguet, en Alicante, donde aparecieron ejemplares de gran tamaño para asombro de los bañistas. Según confirmaron desde el Instituto de Ecología Litoral de El Campello, la presencia de los invertebrados es algo "habitual en esta época del año", debido a las corrientes marinas que encuentran paso fácil en aguas calientes y calmadas.

Por otro lado, el Instituto de Ecología Litoral divisó hace unas semanas un banco de las temidas medusas carabela, localizado entre el Cabo de la Nao y el Peñón de Ifach, según informaron. Tras unos días de seguimiento, estas medusas se han alejado de nuestras costas. Desde esta institución recuerdan que medusas hay durante todo el año y que su llegada a la costa "depende de los vientos", por lo que su aparición en el Mediterráneo es muy difícil de prever.

Investigaciones

La proliferación de estos molestos organismos es uno de los síntomas del mal estado de océanos y mares, según ha explicado el investigador del CSIC, Sergio Rossi, autor del libro "El planeta azul. Un universo en extinción", donde ofrece una diagnosis de la transformación que el hombre ha provocado en estos ecosistemas que han perdido su equilibrio. La sobreexplotación pesquera de los mares, especialmente de uno tan antropizado como el Mediterráneo, ha hecho que las medusas se queden sin sus predadores (atunes, caballas...), a lo que hay que sumar que estos invertebrados se comen las larvas de los peces, por lo que aumenta su capacidad de crecimiento, afirmó el autor.

Sin competidores por la comida, y caracterizadas por su gran aclimatación, incluso en áreas contaminadas, las medusas se han aprovechado del calentamiento de las aguas, en las que se sienten más a gusto, "pero es la pesca", recalcó Rossi, "y no el cambio climático o la acidificación del mar, la principal razón de su expansión".