­El tradicional mapa político de Benidorm durante las dos últimas décadas saltó anoche hecho trizas debido al magnífico resultado cosechado por el CDL de Gema Amor, que con 3 concejales se convirtió en la llave del gobierno local.

La división del centro-derecha, después de que Amor decidiera romper con el PP y fundar un nuevo partido, condicionó el resultado electoral y provocó que ninguna fuerza política obtuviera la mayoría absoluta, lo que no sucedía desde los comicios de 1987.

El PSOE de Agustín Navarro logró una victoria bien es verdad que histórica –llevaba esperándola veinte años– pero insuficiente: consiguió 11 concejales y se impuso por tan solo 189 votos al PP, que contará con el mismo número de actas.

La noche fue así un fracaso sin paliativos para la lista liderada por Manuel Pérez Fenoll: la apabullante hegemonía de los populares, que habían encadenado mayorías absolutas desde 1995, tocó a su fin.

También pasó a la historia el bipartidismo que había imperado en el Ayuntamiento desde 1999. Ahora, ha llegado la hora los pactos. Y todas las negociaciones pasarán por la mesa de Amor, que deberá dirimir entre una alianza con sus antiguos compañeros del PP o girar a la izquierda y probar un entendimiento con el actual alcalde Agustín Navarro, a quien el CDL criticó con dureza durante la campaña.

De cualquier manera, el gran resultado de Amor, erigida anoche en la vencedora moral de la contienda, demuestra que la escisión que tuvo lugar en abril en el PP tenía mucha más trascendencia de lo que dijo creer Pérez Fenoll y de que las fuerzas vivas del zaplanismo y del «perez devesismo» que siguieron a Amor en su éxodo aún siguen contando con predicamento, con mucho predicamento, en Benidorm. Al CDL, una campaña fresca y agresiva le hizo el resto.

Pérez Fenoll confiaba en que el poder de las siglas y de la «marea azul» que se avecinaba en toda la Comunidad le bastarían para mitigar el «efecto Amor» y revalidar la mayoría absoluta de 2007. Se equivocó. Su futuro político en un partido herido se antoja ahora complicado. El PP pagó también la factura de haber transitado durante los últimos 20 meses por el desierto de la oposición. Y no fue capaz de canalizar la posible indignación en el electorado por las artes teñidas de transfuguismo con las que Navarro le arrebató el poder.

La del PSOE fue una victoria amarga. Después de dos largas décadas de espera para ganar un envite electoral, los socialistas dependen de las cábalas de los pactos. Ni su fenomenal movilización(sólo ayer el tenían a más de 500 personas en la calle), ni el uso de los recursos del Consistorio (con la famosa auditoría que sacó al aire las irregularidades de los gobiernos populares) ni su esfuerzo en distanciarse de la marca Zapatero le bastaron a Navarro para lograr la mayoría absoluta anhelada tanto tiempo. El fenómeno del CDL lo ha trastocado todo.

El peor resultado en votos de los populares desde 1991 y de los socialistas desde 1999

La división del hemiciclo municipal de Benidorm en tres provocó que, con cierta aprensión, los dos partidos mayoritarios tuvieran que comparar sus cifras de anoche con las que obtenían en los años 90 para saber qué nuevo lugar ocupan en las preferencias del electorado.

El PSOE ganó con 10.391 votos: es la peor cifra de un vencedor desde 1991, año de la anterior victoria socialista lograda entonces con 7.433 sufragios. Pero es que además, el partido liderado ahora por Agustín Navarro no lograba tan pobres apoyos desde 1999, cuando le votaron 8.580 vecinos.

Peores son las estadísticas para el PP: sus 10.202 votos de anoche suponen su peor resultado también desde 1991, antes de los años de gloria del fallecido Vicente Pérez Devesa. Por su parte, el CDL obtuvo 3.360 sufragios, una cifra superior al número de votos perdidos ayer por el PP con respecto a 2007, que han sido 2.285.

Buena prueba de que el partido de Gema Amor también pescó de otros caladeros: es probable que del PSOE –que perdió 736 sufragios con respecto a 2007– así como de otros partidos minoritarios y de la voluntad de los nuevos votantes que ayer se estrenaron en las urnas.