Entre un 65 y un 70 por ciento de los establecimientos comerciales y hosteleros de Benidorm ocupa zonas de retranqueo, según estiman los técnicos y responsables de la Concejalía de Comercio del Ayuntamiento de Benidorm. La cifra es aproximada, aunque hay estudios anteriores que sitúan el espacio lucrativo en retranqueos en un 67%; en cualquier caso, refleja el enorme impacto de esta práctica en el municipio donde apenas un 20% del total de bares, restaurantes y cafeterías contribuye a las arcas públicas pagando tasas municipales.

Entre 230 y 250 terrazas de negocios de hostelería y restauración son las que contabiliza el Ayuntamiento como contribuyentes de un total cercano a los 1.200 bares, cafeterías y restaurantes de la ciudad. Estas terrazas ocupan la vía pública y pagan una tasa en función de los metros. Su situación es perfectamente legal, según señaló el concejal de Comercio, Eliseo Yus.

Pero la mayoría de establecimientos ubica parte de su superficie comercial en retranqueos, no en vía pública, y ninguno computa esos metros a efectos de derechos ni de deberes.

El Ayuntamiento "debe abordar en profundidad la regulación de los retranqueos", indicó Yus. Todos los grandes partidos lo llevan en sus programas electorales. El plan, planteado por los sucesivos gobiernos locales pero sin realizar, requiere "una primera fase de estudio que ha de contar con juristas y expertos para buscar la fórmula jurídica de legalizar" la situación y "una segunda fase, que contará con los empresarios y todos los implicados para planificar la imagen y el diseño de esos retranqueos", señaló Yus, pues muchas son las voces que reclaman unificar criterios en cuanto a materiales, disposición de escaparates o iluminación, entre otros aspectos, para "dar una imagen de siglo XXI".

El problema jurídico más grave está en bares, restaurantes y tiendas que han realizado cerramientos ilegales en los retranqueos, ocupando y apropiándose de un espacio de uso público. Yus quiso precisar que los retranqueos son "espacios privados pero de uso público", cuya utilización comercial está autorizada pero no su ocupación.

El concejal aclaró que los comercios que usan el retranqueo sólo en horario comercial y al cierre recogen todos los expositores, veladores y mesas, siempre y cuando sean los usufructuarios o tengan un acuerdo con la comunidad, no incurren, en principio, en una ilegalidad. Sin embargo, tanto los retranqueos autorizados como los ilegales "están exentos de pagos al Ayuntamiento" por esa superficie lucrativa, indicó Yus, que muchas veces quintuplica el tamaño del local por el que computan, tampoco tienen derechos sobre ella y ninguna ordenanza municipal regula su uso ni su imagen.

El problema es urbanístico, turístico y de imagen de la ciudad, de competencia leal o desleal, también público, por las tasas que no se pagan, y, por supuesto, social, por las miles de personas que viven del comercio y la hostelería en Benidorm y por los comerciantes y hosteleros que compran locales de 40 metros pero pagan locales de 500 sin tener ninguna garantía.

"Pasear entre cinturones" ¿sigue siendo atractivo?

"En las encuestas, uno de los atractivos turísticos de la ciudad es poder pasear entre cinturones y eliminarlo sería negativo para su economía turística". El sociólogo, experto en Benidorm, Mario Gaviria realizaba estas declaraciones en 2003 pero el debate sigue abierto y quizás ahora más que nunca, cuando los hoteleros y empresarios turísticos claman mejorar la escena urbana y la imagen de Benidorm.

En más de una ocasión, sociólogos estudiosos del fenómeno se han expresado a favor de los retranqueos aunque con matices. "Son infracciones urbanísticas graves con efectos beneficiosos porque son un distintivo de esta propuesta turística", decía el urbanista José Miguel Iribas que en los 90 realizó un estudio en el que concluía que la superficie comercial y hostelera ilegal de Benidorm superaba los 70.000 metros cuadrados frente a los 47.000 metros de suelo legal que ocupaban tiendas, bares y cafeterías. Los datos han aumentado pero la proporción se mantiene hoy.

Ambos sociólogos y también empresarios y responsables municipales, coinciden en que es necesario abordar el problema y regular los retranqueos. Consideran que, precisamente, el carácter ilegal es en parte el origen del problema pues los comerciantes y hosteleros no quieren invertir en exceso en algo que no es seguro. Las fórmulas propuestas son varias y van desde estudiar cada caso por separado a abordarlos todos en bloque para regularizarlos en su conjunto.