Aparte de la ministra autóctona Leire Pajín, el secretario de Turismo Interior, Joan Mesquida, se convirtió ayer en la máxima figura que ha logrado atraer el PSOE a Benidorm durante la campaña electoral que expira hoy. Y aunque no deja de ser una figura del segundo escalafón del Gobierno de Zapatero, con el que de que cualquier manera el alcaldable socialista Agustín Navarro ha eludido asociarse durante estos días, la presencia de Mesquida le sirvió al PSOE para congregar en el Hotel Mediterráneo a la primera plana del empresariado hotelero y turístico de Benidorm con el fin de presentarles su programa electoral en esta materia.

El discurso de Mesquida, aunque muy generalista y con apenas referencias a la Costa Blanca, le sirvió a la cúpula del sector para verificar que la recuperación turística es un hecho. El secretario auguró que el cuatrimestre de 2011 se cerrará con los mejores datos de los últimos diez años, con un incremento, en el ámbito estatal, del 20% del mercado internacional. Y expuso que hasta el 31 de marzo el número de visitantes había aumentado un 3% y el de gastos por turista un 2,4%. Mesquida achacó estos guarismos tan brillantes al dinamismo del sector empresarial y a la mejora de las infraestructuras, ayudadas por los "planes renove" impulsados por su Ministerio, "que ha dejado sólo en Benidorm 25 millones de inversión directa y otros 80 millones de inversión inducida". Éste fue, por cierto, el único dato concreto que ofreció sobre la capital de la Costa Blanca.

Otros dos factores favorables para el turismo español serán la pujanza del turismo ruso (que pasará de 250.000 visitantes en 2010 a 800.000 en 2011) y la mala situación de los destinos norteafricanos, "que no se recuperarán hasta final de año". Ahora bien, a pesar de tanto optimismo -era un acto electoral-, aún hay sombras en el futuro: Mesquida alertó de que el empeño "en dinamizar la demanda ha provocado que se hayan resentido los precios, lo que lógicamente hay que evitar para incrementar la rentabilidad en el sector y aumentar el empleo".

Otro lastre es que algunos sectores de la costa española se han quedado obsoletos. Mesquida no dijo si Benidorm es uno de ellos, pero prometió impulsar el Plan Turístico Litoral para lograr su "reconversión". Ya antes, el número dos de la lista local del PSOE, Juan Ángel Ferrer, había advertido que los socialistas, "en el gobierno o en la oposición", seguirán reclamando inversiones como las de ese plan. Pero Mesquida no concretó qué dinero del mismo puede llegar a la Costa Blanca y en ningún momento aludió a un posible cambio de la Ley de Haciendas Locales para que Benidorm sea municipio turístico, algo de cuya reivindicación el PP, y su senador Agustín Almodóbar, han hecho emblema.

En clave más local, Ferrer subrayó que el programa del PSOE busca "atraer a un turismo joven y con poder adquisitivo que sirva para que también continúen viniendo mayores". "Queremos reinventar Benidorm", agregó. Y para hacerlo, apostó en primer lugar, y en sintonía con lo que ya ha exigido la patronal Hosbec, por modificar el escenario urbano de Benidorm, "que debe ser más limpio, más seguro, con más peatonalización y menos tráfico". Y perfilado con "una sonrisa de todos los que vivimos aquí, pues no vale nada un hotel de 5 estrellas con un recepcionista de media". Como PP y CDL, Ferrer también abogó por regularizar los retranqueos "para eliminar su inseguridad jurídica y su falta de embellecimiento".

A la hora de atraer al turismo joven, el PSOE sí aportó un proyecto más original: el Sport Hall, un parque urbano de 300.000 m2 con instalaciones deportivas que servirán no sólo para turistas y vecinos, sino también para que equipos de élite de Europa vengan en invierno a Benidorm. También abogó por un turismo de congresos, para lo que deberá servir el Centre Cultural, por lo que Ferrer exigió a la Generalitat "que concluya esa obra y dé a Benidorm a lo que se merece". Por cierto, aunque parecía el momento, Ferrer no aludió a que pudiera ser el candidato del PSPV al Consell, Jorge Alarte, el que finalizara esa infraestructura, otra buena prueba de la falta de conexión entre el líder de los socialistas valencianos y su gente en Benidorm.

En esta misma línea de oferta para la juventud, el PSOE seguirá apostando por los festivales musicales, el turismo gay, el de rascacielos y el gastronómico, y porque Benidorm albergue rodajes cinematográficos a partir del actual convenio con la Ciudad de la Luz. Por supuesto, también subrayó el gran papel de la Fundació Turisme, aunque lanzó un aviso para navegantes: ese ente debe "autofinanciarse", por lo que pidió inversiones de las administraciones supramunicipales. Tampoco Mesquida recogió ese guante. Ante la presencia de los alcaldes y ediles socialistas de la Marina Baixa, Ferrer apostó por políticas turísticas comarcales.

Este torrente de promesas viene avalada, según el alcalde, Agustín Navarro, por "estos últimos 18 meses de gestión, en los que se ha puesto en marcha la Fundación" y se ha abogado por proyectos de futuro, como el AVE ("Benidorm debe estar en la segunda lista de la alta velocidad") o el turismo de cruceros. Navarro admitió que "mientras el empresariado ha hecho sus deberes con la renovación de las plantas hoteleras que han logrado un turismo de 3, 4 y 5 estrellas, la ciudad sigue siendo de una estrella porque no se ha renovado". "No puede ser -concluyó a modo de ejemplo- que la Avenida del Mediterráneo siga siendo la misma de hace 40 años".