A un ritmo muy distinto fruto más de la intrahistoria de cada partido que de las perspectivas electorales, que también, están conduciendo sus respectivas campañas las tres formaciones que realmente se la juegan el domingo en Benidorm. La actividad frenética de la candidata del CDL, Gema Amor, la última en llegar y la única que se presenta a pecho descubierto, sin el paraguas de unas siglas, contrasta con la promoción diseñada por sus excompañeros de partido, que parecen confiar su suerte al tirón de la marca. Y luego está el PSOE, que ni en el plena contienda electoral es capaz de aparcar sus batallas internas.

Si quien golpea primero es cierto que lo hace dos veces, la expresidenta local del PP le lleva una considerable ventaja a sus excompañeros y más directos competidores en una campaña tan carente de grandes actos como basada en la inventiva de quienes en cada partido han tenido el encargo de idearla. Sabedora Amor de que ha dispuesto de menos tiempo que sus rivales para recorrer el mismo camino y consciente de que, en su caso, no hay siglas que valgan, la candidata se ha arremangado, se la lanzado a la calle y no ha dejado contacto sin tocar ni puerta a la que llamar tanto si jugaba en casa (como en el apoyo brindado por el presidente de la patronal hotelera Hosbec, Toni Mayor), como si ha tenido que ir a buscarlos a Alicante (tal es el caso caso del vicepresidente de la Cam, Armando Sala, con quien anunció su propuesta de rescatar las acciones de Tui ahora en poder de la entidad financiera ) o incluso al País Vasco, como al cocinero Martín Berasategui, con el que se paseó por el centro de la ciudad y quien la espera ver pronto, dijo, «como alcaldesa».

Aunque haya quienes, por lo bajini, hablen de personalismos y de las dotes de mando de la candidata, lo cierto es que ella es el motor de un grupo de personas que saben lo que se jugaron cuando abandonaron unas siglas en las que muchos llevaban hasta décadas militando y que no ignoran lo que les espera en el supuesto de que la noche electoral acabe para ellos en fracaso, una posibilidad que no contemplan.

Fruto de este cóctel es la actividad que se respira en la sede del CDL desde que comenzó la campaña y no, como ocurre en la antigua casa de Amor, apenas durante las sesiones de ensobrado de papeletas. Con tres locales electorales cuenta el PP aunque es el de la Plaza Triangular el más visitado por los afines a un candidato al que, si se le quiere ver, hay que ir a buscarle y no al revés. Aunque la versión oficial apunta a que esto es sólo una impresión subjetiva, que Manuel Pérez Fenoll «va donde tiene que ir, que es a reclamar a Valencia», y que no pueden compararse con Amor («que ha de resolver en unos días todo el trabajo que no hizo en el CDL ni, aún cuando estaba, en el PP»), ni con el PSOE («porque su campaña la está haciendo el Ayuntamiento») son mayoría los que, en privado, despotrican tanto del candidato como del diseño de la campaña al tiempo que confían su suerte a la marca PP.

No más satisfechos andan en las filas socialistas donde ni la recompensa de un posible triunfo (aunque las expectativas hayan rebajado la euforia inicial) ha logrado apaciguar el recelo con que la agrupación local mira a Agustín Navarro y a sus leales y viceversa. Tal vez porque en el fondo pesa que si Navarro se hace con la Alcaldía se convertirá, como diría Guardiola, en el «puto amo» del PSOE local, algo que no seduce a los actuales responsables del partido, o por simple incapacidad, lo cierto es que no muy conforme tiene que estar el candidato con el devenir de la campaña cuando al responsable de la misma, el secretario de Organización Bernardo Mira, le ha colocado uno de sus hombres, Conrado Hernández, en lo que se ha convenido en llamar una dirección bicéfala. Con todo, basta con reparar en los actos públicos para concluir que es en el independiente Juan Ángel Ferrer en quien el alcaldable está encontrando el principal apoyo aunque haya quienes, desde dentro del partido, no vean el protagonismo de Ferrer, pese a no dudar de que se trata de un valor, con demasiados buenos ojos.