Un escaparate del centro de Benidorm muestra, a partes iguales, la foto de Agustín Navarro y Gema Amor, alcaldables por el PSOE y CDL respectivamente. En otro, la cara de la expresidenta del PP comparte espacio con la del candidato que encabeza la lista de su antiguo partido, Manuel Pérez Fenoll. Después, varios balcones lucen es eslogan "Amor a Benidorm", intercalados algunos de ellos con otros cuyos propietarios han optado por colgar la foto del líder popular y su "Más por Benidorm". Y en una barandilla cercana al Ayuntamiento, el rostro del alcaldable socialista también luce sonrisa proclamando su "Pasión por Benidorm".

La falta de espacios públicos habilitados este año por el Ayuntamiento para la propaganda electoral, tan sólo doscientos metros lineales en las proximidades del Parque de Elche, ha obligado a todos los partidos a agudizar el ingenio, pero sobre todo a tirar de talonario, para sacar a la calle el rostro de sus candidatos. Y el resultado se nota a simple vista: vallas, grandes lonas, mupis y autobuses, todos de pago, pueblan la ciudad con los líderes de los grandes partidos, mientras que las siglas minoritarias apenas tienen presencia al margen de los carteles que aún perduran de la pegada de arranque de campaña, el pasado 6 de mayo.

Para contrarrestar el efecto de los "Goliat" políticos, partidos pequeños, con menos fondos y para los que contratar una valla publicitaria se hace impensable, como Los Verdes o UPyD, han optado por la acción directa: una camioneta empapelada de carteles, dos altavoces y un recorrido incesante por distintos puntos de la ciudad, repitiendo una y otra vez el nombre de sus candidatos y sus promesas para la próxima legislatura. El objetivo, llegar a la ciudadanía sea como sea, aunque para ello haya que circular durante toda la jornada de un punto a otro de Benidorm y, por qué no, dificultar la siesta a más de un vecino. Otros, en vez de furgoneta, usan un medio de transporte mucho más visible, al menos por tamaño. Es el caso de Alben, que pasea por las calles el rostro de su candidato en un autobús donde, a grandes letras, traslada a los electores un claro mensaje: "Cambiémosles. ¡Reacciona!".

Y mientras todos buscan fórmulas ingeniosas para publicitarse electoralmente, hay otros espacios tradicionales que este año, por primera vez, han dejado de ser territorio de propaganda política para serlo, en exclusiva del Ayuntamiento. El Consistorio mantiene aún ocupadas todas las farolas de las calles del centro y las principales avenidas con lonas de su campaña "Benishop", contratada por la Concejalía de Comercio para promocionar las ventas en establecimientos de la ciudad, pero que han levantado las suspicacias de oposición y siglas minoritarias. Mientras Navarro defiende que la de 2011 es la campaña "más limpia de la historia", el resto cree que los anuncios institucionales buscaban reducir la presencia propagandística de otros líderes. En cualquier caso y ocupados ya los espacios libres de "Benishop", unos y otros tienen seis días hasta las elecciones del domingo para seguir tirando de imaginación.