Todo aconteció en Finestrat el viernes, cuando Susana Tejada, una trabajadora con una minusvalía síquica del 42%, repartió invitaciones para asistir a una fiesta del BNV entre los menores que viajaban en un autobús escolar en cuya empresa la mujer desempeñaba sus funciones como auxiliar de ruta. Según el relato de la trabajadora, el alcalde, el popular Honorato Algado, se encontraba en la calle donde el autobús finalizó su trayecto y al observar a uno de los niños con una de las tarjetas de invitación "me dijo a gritos que el lunes estaría en la puta calle", explicó Tejada. La predicción se cumplió: el lunes, la trabajadora recibió una carta del despido de la mercantil, que a su vez había recibido una denuncia de la directora del colegio.

El percance provocó ayer una honda controversia política. El alcaldable del Bloc, Miguel Climent, no dudó en vincular la "amenaza" de Algado con el hecho de que la trabajadora perdiera su empleo. "Es una medida absolutamente desproporcionada, porque aunque lo que hizo la chica no está bien, debemos entender que se trata de una persona con minusvalía y además con una situación familiar muy difícil". Climent se mostró convencido de que el munícipe "presionó a la directora, quien a su vez se dirigió a la empresa". Y agregó que "si éste es el criterio que tiene el alcalde para integrar a personas con minusvalía en el mundo laboral, mejor que se marche ya a su casa".

El líder nacionalista comparó la actuación de la trabajadora, "que repartió una invitación sin ningún contenido propagandístico", con las prácticas que el gabinete del alcalde está realizando para captar votos y que el Bloc ha denunciado ante el juzgado: "Algado utiliza a funcionarios para captar el voto extranjero; hemos comprobado que primero envían a un inspector de obra con el uniforme oficial que intimida a los residentes y que les dice que por la noche vendrán dos chicas que trabajan en el Ayuntamiento y que hablan inglés para ayudarles a cumplimentar la documentación. Ésta acaba en la dirección del PP o de una persona muy vinculada a este partido". Para Climent, "eso es actuar de forma planificada, con nocturnidad y alevosía, y no el desliz que pudo cometer esa trabajadora".

Por su parte, el alcalde negó que hubiera amenazado a Tejada. "Yo no le dije nada ni tampoco tengo ninguna competencia sobre esa empresa privada". Algado explicó que "ha sido una medida del colegio a partir de una protesta de los padres y yo no tengo nada que ver". Por su parte, el portavoz del gobierno local, Juan Francisco Pérez, fue más lejos: "Desde el PP manifestamos nuestra solidaridad con los padres, que tienen razón en enfadarse cuando a sus hijos les reparten en horario escolar propaganda electoral sin su permiso; esa persona podría haber incurrido incluso en un delito", concluyó.