El camión cargado con 1.000 kilos de hachís interceptado el pasado lunes por la Policía Nacional en la autovía A-7 a la altura de Benidorm en una operación en la que detuvieron al conductor y a otro hombre que, al parecer, conducía una furgoneta unos pocos kilómetros antes para alertar de la posible presencia de agentes, se dirigía a Barcelona.

Fuentes policiales informaron ayer en un comunicado de que el camión cargado con la droga había partido desde la provincia de Almería. La investigación se abrió tras conocer que una organización de narcotraficantes, afincada en Terrassa (Barcelona) y dedicada al tráfico de hachís a gran escala, había ultimado los detalles para el transporte de una importante cantidad de estupefaciente.

Los agentes establecieron un dispositivo en la A-7 para abortar el envío y detectaron una furgoneta "lanzadera" que circulaba unos pocos kilómetros por delante del tráiler cargado con la droga.

El conductor del primero de esos coches, de nacionalidad española, fue detenido para evitar que pudiera alertar al vehículo que le seguía con la carga de estupefacientes. A continuación, los agentes establecieron un control en la carretera que bloqueó el paso del camión, conducido por un hombre de nacionalidad búlgara que fue igualmente arrestado.

Oculta en dos palés

En el registro del remolque se encontraron dos palés con una treintena de paquetes que contenían en su interior tabletas de hachís prensado con un peso total aproximado de una tonelada, según las mismas fuentes.

En la investigación, que continúa abierta, han participado agentes del GRECO Levante, de la Comisaría General de Policía Judicial, de las Brigadas Provinciales de Policía Judicial de Alicante y Barcelona, y de la Unidad de Prevención y Reacción de la Comisaría de Alicante.