Hace seis años varios vecinos de La Vila daban la voz de alarma ante la situación en que se encontraba la denominada "Roca Encantada", un monumento natural ubicado en la partida Els Banyes incluido en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de la localidad. El propietario de la parcela colindante había utilizado la roca, cargada de simbolismo y sobre la cual giran infinidad de leyendas y relatos populares, para usarla como parte del vallado con el que perimetró su terreno. Lo hizo uniendo ésta, por un lado, a un muro de cemento, y por otro, adosándola a una valla metálica.

Ante las denuncias ciudadanas, la Policía Local abrió las diligencias oportunas, instando y el Ayuntamiento inició los trámites para restaurar el preciado bien a su estado original.

Como reza el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena, y ayer, finalmente, la concejal de Cultura, Loli Such, informó que la roca ya ha recobrado el encanto que no debió perder. Los trabajos necesarios para devolver a la Roca Encantada su aspecto original han sido realizados pro un restaurador titulado, según informó el director del Museo municipal, Antonio Espinosa, quien añadió que "han sido sufragados por el propietario de los terrenos", y que los mismos han consistido en eliminar el vallado, rellenar los agujeros del anclaje de la valla con resinas pigmentadas y limpiar los graffiti que presentaba en su cara sur.

Cabe destacar que la "Roca Encantada" también forma parte de rutas culturales y ecológicas elaboradas tanto por el Ayuntamiento como por el Grupo ecologista Xoriguer en los últimos años, ubicándose a medio camino entre el itinerario que une el casco urbano con La Ermita, muy próxima al puente del "Sant Argil" y "els Alcocons" y la Cruz de Piedra.

Amor verdadero en noches de luna llena

Entre las leyendas sobre esta roca -que también se confundió con meteorito- destaca la que relata que en la medianoche de lunas claras la roca se abre saliendo de ella una dama con una pamela de la que penden cintas de colores, que invita a los enamorados a sujetar una de las cintas, de modo que el último que la mantenga sujeta antes de su regreso a la roca tendrá el amor verdadero. Otra relato habla de una viejecita que vivía dentro y que podía ser vista hilando en la noche de San Juan por mujeres al abrise la roca. Otra historia habla de la extraña anciana diciendo que salía esparciendo cintas blancas hasta la Cruz de Piedra.