Al menos medio centenar de palmeras, en Benidorm y La Vila Joiosa, están completamente afectadas por la temible plaga del picudo rojo, el insecto que vive y se alimenta de estos ejemplares hasta destruirlos por completo. Así lo han denunciado vecinos y empresarios que ven cómo la plaga continúa su ataque invasor destruyendo todas las palmeras que hay frente a sus domicilios y viviendas sin que nadie tome medidas que lo frenen.

En Benidorm, los focos donde se han detectado mayor número de casos son la zona de Armanello y la del Rincón de Loix. El propietario de un camping del área daba este fin de semana la voz de alarma al asegurar que por su parte no puede hacer más por intentar salvar sus palmeras. Las ha fumigado, sulfatado, puesto trampas junto a las bases de los troncos para que no entren en los mismos, pero sigue viendo sobrevolar a ras del suelo cientos de picudos que emanan de las palmeras infectadas en las parcelas adyacentes, propiedad del urbanizador del Plan Armanello, y en las que nadie toma ningún tipo de medida. "En unos meses pueden haber acabado con todas las palmeras de Benidorm si alguien no hace algo", afirma desperado después de ver cómo han arrasado hermosos ejemplares que tenían más de 40 años.

Desde la concejalía de Medio Ambiente de Benidorm afirmaron conocer la invasión de la plaga. Según explicaron, cada vez que la patrulla rural detecta un caso o un vecino informa sobre el mismo damos parte de inmediato a la Consellería de Medio Ambiente, responsable de actuar. "La Conselleria dictó un Real Decreto por el cual ella es la única que tiene competencias en este sentido y es la encargada de retirar los ejemplares afectados para quemarlos -única forma de acabar con este insecto destructor- sin embargo, estamos recibiendo muchas quejas de vecinos que afirman que no se está actuando", afirmaron ayer fuentes del departamento municipal.

En La Vila Joiosa la situación parece estar sufriendo las consecuencias de tal desidia por parte del Consell. La concejal de Imagen Urbana, Xaro Escrig, confirmaba hace exactamente un mes la existencia de palmeras afectadas por el picudo rojo en el barrio de La Sicop, concretamente en la plaza de la Comunidad e informaba que la Conselleria de Agricultura y la empresa municipal adjudicataria del servicio de Parques y Jardines las retiraría. Pero a día de hoy esto todavía no ha ocurrido.

En tan sólo esa plaza se pueden observar a simple vista casi una decena de palmeras infestadas por la temible plaga y la huella del desenlace de los ejemplares afectados queda patente en las bases de los cuatro ejemplares que tuvieron que cortarse la pasada temporada. Todo indica que la plaza quedará sin una sóla palmera, mientras el insecto avanza. En la paralela calle La Paz, junto a la vía del tren, también el picudo ha hecho su presencia. Y es que este insecto tiene una gran capacidad reproductiva, precisando sólo de tres a cuatro meses para desarrollar todas las fases de su ciclo biológico, lo que significa que pueden tener como mínimo tres generaciones al año. Cuando son adultos, los insectos, con aspecto de escarabajo, abandonan la palmera cuando ya no queda material interno para alimentarse, colonizando nuevas y repetir así su ciclo destructivo.

Así, los tratamientos preventivos que realizan los ayuntamientos no sirven cuando el tronco ha sido ocupado, aunque son necesarios para proteger las especies sanas. El propietario del camping de Benidorm explicó que vio cómo la plaga arrasó una palmera en tan sólo una semana invadiendo la más próxima, con el mismo éxito, por no estar tratada. Pero muchos propietarios y ayuntamientos no realizan el tratamiento de forma eficaz, que implica sulfatar las palmeras cada mes. Un ejemplo es La Vila, donde el foco mayor está en un parque público. En Benidorm, donde se sulfata cada mes, "no hay ninguna palmera municipal con Picudo, a excepción de una ubicada en el Cementerio nuevo, según informaron ayer.

Un cambio costoso para el ciudadano

Hasta el pasado año, y desde 2004, la Consellería de Agricultura era la única responsable de la retirada de los ejemplares afectados por el Picudo Rojo, después de declararla plaga y establecer un protocolo conforme a la Ley de Sanidad Vegetal. Como plaga la erradicación de las mismas era una acción de utilidad pública, así como realizar los tratamientos que se requiriese. Sin embargo, el Consell optó por cambiar el protocolo de actuación en un decreto, fechado el 22 de diciembre de 2009, y publicado el pasado enero. En el mismo, además de retirar las subvenciones que daba a los propietarios de palmeras que debían ser retiradas, se establece que las personas físicas y jurídicas son las responsables de cortar y destruir la parte afectada de la planta, realizándolo según las directrices de Consellería. En caso de no actuar, la nueva normativa establece que podrán ser sancionados. Además, aunque es la Consellería la que debe actuar en espacios públicos, también afirma la orden que los ayuntamientos están obligados a actuar en sus palmeras municipales, según explicó ayer la concejal socialista de La Vila, Fanny Serrano, quien conoció el cambio del decreto tras presentar una queja al Síndic de Greuges por la inactividad manifiesta del Consell en las palmeras de su municipio. Según la regidora, "es una barbaridad que hayan dejado en manos de particulares el control de una plaga, que seguro irá a peor por la incompetencia de la Consellería, reflejada en esta orden, fruto de su propia incapacidad".