Los ciudadanos de la comarca de la Marina Baixa que tienen que utilizar sillas de ruedas o que padecen otro tipo de problema de movilidad siguen a día de hoy sin poder ejercer su derecho a ver en directo e incluso participar en las sesiones plenarias de los ayuntamientos de La Vila Joiosa, l'Alfàs del Pi, Polop de la Marina y Callosa d'en Sarrià, y tienen también vetada la entrada, físicamente hablando, a otras dependencias municipales de Finestrat y Altea. Sólo Benidorm y La Nucía cuentan con todos sus centros municipales adaptados, incluso en el caso de Benidorm, también aquellas dependencias supramunicipales, según informó ayer la presidenta de la Asociación de Minusválidos de la ciudad (Asmibe), Pilar Jiménez, quien matizó una excepción: La comisaría de la Policía Nacional, "donde sigue existiendo un escalón insalvable".

Así las cosas, con el 2011 en ciernes, resulta increíble el desfase que ha arrastrado la comarca en la sensibilización real de sus consistorios hacia este colectivo. Un retraso que ahora algunos municipios, no todos, intentan corregir a través de la utilización de los fondos del Plan E.

Los ayuntamientos que se han propuesto terminar con esta discriminación física aparte de sus vecinos son La Vila y l'Alflàs del Pi. En el primer caso, la inversión del Plan E está siendo utilizada en estos momentos para eliminar las barreras arquitectónicas de varios edificios: El de la calle Hernán Cortes que alberga el área de Hacienda, la Oficina de Turismo, tras haber adecuado este verano la biblioteca municipal. Y aunque aún no han empezado, han anunciado que ejecutarán en breve el acceso al salón de plenos colocando una plataforma salva escaleras. En el caso de l'Alfàs del Pi se está desarrollando un "Plan de Accesibilidad Universal" para regular la eliminación de barreras arquitectónicas en todo el municipio, que incluye mejoras en la casa consistorial, en el área de Servicios Sociales, así como la instalación de un ascensor que permita el acceso a ciudadanos con movilidad reducida al salón de plenos y primera planta.

En Altea o Finestrat las actuaciones que restan por acometer son pocas. En la villa blanca todas sus dependencias son accesibles a excepción de la parte superior de su ayuntamiento, algo que han optado por paliar trasladando la oficina de Atención al Ciudadano, en la que gestionan todos los trámites, a la planta baja, "también cuando se trata de asuntos de Renta e Infraestructuras cuando se trata de personas con dificultades de movilidad ya que esos departamentos están en la primera planta", explicó ayer la edil de Bienestar Social, quien añadió además que a través del Plan E se está actuando en este sentido en la vía pública. En Finestrat, por su parte, sólo queda a fecha de hoy una sala de la Casa de Cultura a la que no se puede acceder en silla de ruedas, pero destaca la enorme pendiente existente en el museo que está previsto inaugurar en breve.

Callosa d'en Sarrià y Polop de La Marina

Mientras La Vila Joiosa y l'Alfàs del Pi acometerán con partidas de las subvenciones del Plan E obras para que las personas con movilidad reducida puedan llegar hasta sus salones plenarios y resto de dependencias municipales, algo que no han podido hacer hasta ahora, en Callosa d'en Sarrià y Polop de La Marina no hay buenas noticias al respecto. Hasta la fecha este asunto parece haberse aparcado, discriminando así a parte de su ciudadanía por sus limitaciones físicas.