"Un desastre absoluto". La verdad es que no se puede ser más explícito y preciso a la hora de concretar el balance del sector comercial durante la temporada estival en Benidorm. Los esperados meses de julio y agosto no han dado -un año más- el resultado esperado y el comercio local vive sus horas más bajas.

Quien así se expresaba era el presidente de la asociación de comerciantes (Aico), Rafael Gasent, que cifró el descenso de las ventas en un 20% con respecto al verano de 2009. Y eso que el año pasado ya registró una bajada muy acusada en el volumen de negocio del sector, que se calculó entonces en un 18%. Todo ello propicia que, según los datos de la asociación el descenso haya sido de casi un 40% en este período. No están cerrados, sin embargo, los datos oficiales que maneja la asociación empresarial que, incluso podrían ser peores, según Gasent.

La bajada más significativa se ha producido en las denominadas compras de conveniencia (camisetas, artículos de playa, ropa, regalos...). Lo preocupante, lamentaba Gasent "es que casi el 80% de los comercios de Benidorm están enfocados hacia ese tipo de ventas".

Gasto medio

Otro datos reseñable e igualmente negativo para el comercio local es que también se ha registrado un descenso en el gasto medio que los turistas dedican a las compras. Aún sin tener los datos cerrados, el presidente de Aico estimaba que "se ha reducido mucho también y oscilará más o menos en porcentajes similares a la caída de las ventas o incluso superiores". Los propietarios de negocios se han encontrado con que se repite una tendencia que ya había quedado patente en veranos anteriores. "Los turistas ya compran sólo lo imprescindible. Un matrimonio con dos hijos compra unas gafas de bucear para la playa, no dos, y les dice a sus niños que se las tienen que repartir. Ese es el panorama que tenemos" argumentaba Rafael Gasent. La causa de todo esto es la crisis económica, como es fácil de suponer. "No hay que buscar otra explicación ni nada paralelo. No hemos salido de ella y en el comercio es donde más se nota porque la gente se gasta menos" decía. De ahí que para el sector "no hay brotes verdes ni nada parecido pese a lo que quieran decir algunos".

Por todo ello, Gasent vaticinó que el sector "va a tardar mucho tiempo en tener una recuperación importante" máxime cuando ya antes de que estallase la actual crisis el sector ya se encontraba inmerso en una continuada bajada de resultados de un año a otro que, si bien era más atenuada, no permitía que los negocios crecieran. Unos lamentos en los que han coincidido desde hace años todos los presidentes de Aico.

Más cierres de locales y un invierno si cabe más difícil

La situación del comercio local no es, ni de lejos, la deseada por los empresarios del sector. De hecho, según los datos de la asociación, en los últimos meses se han producido más cierres de negocios que aperturas. No obstante, la idiosincrasia de la mayoría de los comercios apunta hacia cierto optimismo, según indicaba Gasent, presidente de los comerciantes. "El comercio de la ciudad es básicamente familiar y tiene una resistencia mayor que en otros lugares. Como es normal, se han producido muchos despidos y ahora las plantillas son mínimas, pero el hecho de que los trabajadores sean los miembros de la familia hace haya más resistencia a la hora de cerrar" explicaba Gasent.

Las soluciones para capear este temporal, según el presidente de Aico "son pocas" y lo peor, hay escasas expectativas de que tomen medidas. "Hemos pedido a las distintas administraciones que nos ayuden como se ha hecho con otros sectores, pero no hemos tenido nada. El comercio es el que está pagando el pato de la crisis económica".

Y las previsiones tampoco son halagüeñas, según precisaba. "Se prevé un invierno muy duro". Cuando acabe la temporada alta, a finales de septiembre "el movimiento de caja ya no es tan importante y será cuando se note más el bajón". A juicio de Gasent, durante los meses de verano "se ha movido dinero aunque no se hayan generado demasiados beneficios. Por eso cuando llegue el invierno se va a notar más". Al igual que en otros sectores de la ciudad, la rentabilidad de los negocios también ha caído a cotas dificilmente soportables para los locales. "El comercio, ya de por sí tiene unos precios muy ajustados y la rentabilidad que tenemos es muy pequeña. Si a ello se suma que se vende muy poco, pues da como resultado la situación en que nos encontramos" apostilló Rafael Gasent. J. Marín