Benidorm respira silencio e incertidumbre tras las declaraciones del alcalde de la localidad, Agustín Navarro, acusando a la presidenta del PP local, Gema Amor, de ser la "animadora" de la moción de censura que se produjo en el Ayuntamiento hace un año para su propio beneficio. Y es que desde el Partido Socialista se hizo ayer una "ley del silencio" en la que ningún dirigente del partido consultado por este periódico quiso hacer declaraciones. Los cargos del socialismo de la Comunidad Valenciana se remitieron a las declaraciones realizadas en los últimos días. Ninguna novedad al respecto.

Ayer mismo, el secretario general del PSPV-PSOE en la Comunidad Valenciana, Jorge Alarte, rechazó hacer cualquier manifestación tras ser preguntado por este periódico durante la visita que realizó en Muro de Alcoy. "Sobre el tema de los tránsfugas de Benidorm ya me he pronunciado muchas veces y no tengo nada más que añadir a lo último que ha dicho el PSOE en los últimos días", sentenció. Sobre las acusaciones de Agustín Navarro, alcalde de Benidorm, a Gema Amor, presidenta del PP, de ser la agitadora de la moción de censura también eludió hablar y emplazó a que sea Gema Amor la que diera la cara porque "parece ser que habla mucho del tema".

Por su parte, el secretario general de la agrupación local del PSPV-PSOE en Benidorm, Rubén Navarro, también eludió hacer cualquier tipo de manifestación. "No hay nada nuevo y seguimos manteniendo lo dicho hasta ahora".

El futuro político

A la vista de los acontecimientos, los dos líderes políticos, a priori más fuertes y con más tirón de Benidorm, se encuentran sin excesivas posibilidades de ser siquiera candidatos en sus respectivos partidos. O ex partidos, según el caso. Ni Agustín Navarro ni Gema Amor ni tampoco Pérez Fenoll -populares estos últimos- pasan por sus mejores momentos. La catarata de acontecimientos y declaraciones de los últimos días ha puesto en entredicho su futuro político.

El primero de ellos, el actual alcalde ex socialista, no tiene reparos en reconocerlo. La declaración oficial de tránsfugas para él y su gobierno, no por esperada, ha dejado de ser un varapalo, pero más lo ha sido el ruido mediático que se ha producido alrededor. Eso les supera. Los doce ediles aún no han regresado al PSOE y cada vez parece más complicada su vuelta porque cualquier movimiento en este sentido adquiere una dimensión tal que alcanza a las altas esferas del partido. Es lo que tiene que una de las concejales tránsfugas sea la madre de la número tres del PSOE. Navarro sabe que está ante el final de su vida política si no le dan el visto bueno desde Ferraz. Y no tiene tan claro que vaya a ser así. Cierto es que los militantes desean su vuelta, pero también lo es que algunos se frotan las manos si la "reentré" no se produce. Si ni vuelven, no obstante, la convulsión interna en la agrupación local será para echarse a temblar. Por eso Navarro se afana en pregonar que si no es con ellos en el partido, ganar en 2011 será misión imposible. En el PP, la presidenta local ha ido adquiriendo fuerza con el paso del tiempo. De estar en un cuarto o quinto plano mientras gobernaba, ha pasado a la primera línea. A ello ha contribuido su peso específico en la dirección provincial, su labor al frente del Patronato de Turismo y su consolidada presencia al frente del PP local. Consolidada porque al no haber asamblea tampoco hay posibilidad de discusión. Sin embargo, la sombra de la duda recae ahora sobre su persona. Navarro, conocedor de que sería su principal rival el año que viene, no ha dudado en criticarla sin piedad. Para ello no ha dudado en sembrar las dudas en torno a ella y su papel en la moción de censura. La ha acusado de ser "animadora" de la misma debido a su enfrentamiento con el ex alcalde Pérez Fenoll. Y, sean ciertas o no las acusaciones del primer edil, su alejamiento de todo lo que huela a Camps -Fenoll, por ejemplo- puede hacer pensar a más de uno que "cuando el río suena...". Tampoco le ayudará mucho el "fregado" en el que anda metido su principal valedor, José Joaquín Ripoll con el caso "Brugal".

Y no le van mejor las cosas al otro alcaldable del PP. De ser el triunfador en 2007 ha pasado a convertirse en el gran derrotado. Acusado de no haber sabido gestionar la crisis desatada por Bañuls, incluso desde su propio partido, su cuota de poder disminuye a pasos agigantados. Ha jugado siempre con el hecho de ser el hombre fuerte de Francisco Camps en Benidorm, pero éste también anda tocado con "Gürtel". No le ha ayudado tampoco haberse alejado de las labores de oposición. De hecho, su papel ha sido muy secundario desde que el lunes se conoció que el gobierno de Benidorm iba a ser declarado tránsfuga. Ni una palabra salió de su boca y cuando lo hizo, el viernes a última hora, todos los dirigentes del PP ya se habían pronunciado. Mientras tanto, en este río revuelto pueden salir beneficiados, no obstante, otros actores con los que nadie cuenta en principio. Es el caso de los socialistas locales Rubén Martínez o Pepe Marcet, secretario general y vicesecretario, que nunca se han alejado de las tesis de Alarte, pero que tampoco quieren fallar a sus ex compañeros. Y en el PP podrían empezar a sonar nombres como Angélica Such, el senador Almodóbar o algún otro as en la manga. En menos de dos meses los hechos se precipitarán.