Con la llegada del mes de julio se ha puesto en marcha en Benidorm el sistema de acceso restringido al casco antiguo y barrio del Calvari, una herramienta diseñada con motivo del primer Plan E que hasta ahora ha estado en fase de pruebas. Con los dispositivos instalados y las autorizaciones concedidas, sólo el 8% aproximadamente de los vehículos censados en la localidad podrán acceder a estas calles.

Benidorm cuenta en la actualidad con un parque móvil censado que asciende a 45.728 vehículos. De ellos, sólo unos 3.800 han conseguido la autorización para transitar por las calles afectadas, según dio a conocer ayer el edil de Seguridad y Movilidad, José Bañuls. El 75% de las autorizaciones lo han sido para vehículos de vecinos residentes, el 11% para automóviles de servicios (concesionarias, Servicios Técnicos Municipales, etc.), el 10% para no residentes -en su mayoría propietarios de viviendas que no tienen su residencia habitual y que sólo viven en la zona algunas temporadas al año-, el 3% para el sector comercial y el 1% para vehículos de emergencia.

De momento lo que se ha hecho son preautorizaciones y hasta el 20 de enero del año que viene los propietarios de esos coches disponen de plazo para ir entregando la documentación necesaria para lograr la autorización definitiva. En principio será una documentación mínima "para no molestar en exceso a los vecinos", que consistirá en la entrega de los documentos suficientes para vincular a un vecino con su automóvil. "Está pensado para causar las mínimas molestias a los usuarios de la zona y por ello también se da un plazo extenso de modo que nadie tenga problemas para tener su autorización" señaló Bañuls, quien precisó que esta herramienta que se pone en marcha "está dentro del Plan Estratégico de Tráfico" que tiene como objetivo profundizar en la peatonalización de estas áreas urbanas.

Sin sanciones

Por el momento no habrá sanciones para quienes accedan a las calles del casco antiguo y El Calvari sin el pertinente permiso. El sistema implantado posee un lector que permite el reconocimiento de las matrículas y detectaría los accesos incorrectos. Igualmente otro sistema mantiene elevado un pilón desde el suelo, que se baja de forma automática cuando percibe una matrícula que está autorizada para permitirle el paso. Cuando se detecte un acceso no permitido "el sistema enviará un aviso al conductor para que solicite la autorización "si reúne los requisitos para obtenerla" dijo Bañuls, que agregó no obstante que la Policía Local "sí puede sancionar a los no autorizados".

La inversión empleada para este sistema de restricción al casco antiguo ha sido de unos 500.000 euros con cargo al primer Plan E del Gobierno y según recordó el edil de Seguridad y Movilidad "ya se ha implantado con éxito en otras ciudades españolas". El sistema está basado en las comunicaciones con fibra óptica, lo que permite y garantiza un mejor funcionamiento. Asimismo, las cámaras instaladas están conectadas con la central de tráfico de la Policía Local.