Llevan tres años y medio soportando las molestias "necesarias" de unas obras, pero ya han dicho basta. Los hoteles y edificios colindantes al futuro Centro Cultural de Benidorm se han sumado a las quejas del gobierno municipal por la parálisis en la construcción de este edificio y han remitido una carta al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, denunciando los hechos y los inconvenientes directos que las obras han generado a los negocios y residentes de la zona. Los afectados instan al jefe del Consell a que la construcción "finalice de inmediato", bien por parte de la actual contratista, la UTE formada por Dragados y Rover-Alcisa, bien resolviéndole el contrato y haciéndose cargo de la misma directamente la Generalitat.

La misiva, a la que ayer tuvo acceso este diario, está firmada por los representantes de más de 5.000 vecinos y plazas hoteleras de la ciudad, que afirman que la situación es constitutiva "de hechos por los que nos veremos obligados a exigir responsabilidades personales y económicas" y critican la "profunda irresponsabilidad del Gobierno autonómico" ante los mismos. Entre los firmantes de la carta figuran los directores de dos hoteles, Rio Park -del grupo MedPlaya- y Castilla -de la cadena Servigroup-, así como el administrador de la agencia de viajes Beninter y los edificios La Niña, La Pinta, Tamarindos y Gemelos II. El documento va dirigido personalmente a Francisco Camps como presidente de la Generalitat, impulsora del proyecto a través de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana.

Los afectados manifiestan que "desde hace meses no existe prácticamente actividad alguna de ejecución de la obra, sin que por parte de la Generalitat se produzca asunción de sus deberes, escudándose en que es una cuestión de la empresa que la lleva a cabo". Por este motivo, consideran "de una profunda irresponsabilidad" que el Gobierno autonómico actúe "como si el tema le fuera ajeno", pues en opinión de los firmantes esta actitud "denota una falta de preocupación por un problema que, salvo rectificación inmediata nos veremos obligados a denunciar (...) mediante las acciones jurídicas oportunas".

Cancelaciones y compensaciones

Los afectados por estas obras destacan ante Francisco Camps que desde el comienzo de las obras "hemos soportado todo tipo de molestias, inconvenientes, daños y perjuicios" que, según afiman, "habrían sido soportables" si se hubieran cumplido los plazos. Las obras del Centro Cultural se iniciaron hace ahora tres años y medio y tendrían que estar finalizadas para esta primavera. Al menos así lo manifestó el conseller Gerardo Camps, responsable de la SPTCV, en su última visita al edificio, en febrero de 2009 y acompañado por el entonces alcalde Manuel Pérez Fenoll. El titular autonómico de Economía señaló que éstas finalizarían "en primavera de 2010" y que, tras unos meses para "instalar el mobiliario" podrían inaugurarse para el "otoño" de este año. Nada más lejos de la realidad.

El nuevo gobierno local denunció en abril la paralización de las obras y la negativa por parte del Consell a poder visitarlas. Ahora, el edificio, diseñado por el arquitecto Navarro Baldeweg y dotado con un presupuesto de 43 millones, tiene construida toda la estructura perimetral y parte de la interior, pero acumula importantes retrasos.

Los vecinos mantienen que el principal de los daños ocasionados "han sido las continuas y persistentes cancelaciones de reservas de clientes, touroperadores y agencias", motivadas tanto por las dificultades de acceso, tanto en vehículos como en peatones. En este sentido, el presidente de la cadena Servigroup, José María Caballé, cifró entre un 30 y un 40 por cien la reducción de reservas en los hoteles de la zona, "a pesar del esfuerzo económico realizado para mejorar las instalaciones", por ejemplo, del hotel Castilla y calificó como una "auténtica vergüenza" lo que está ocurriendo con el Centro Cultural. Además, los empresarios destacan que los servicios de los hoteles, como los bares de piscinas y terrazas han visto mermada su producción "por las molestias" y que también han tenido que hacer frente a "indemnizaciones y compensaciones económicas" reclamadas por clientes y touroperadores.