El juzgado de Instrucción número 2 de Benidorm ha condenado a un agente de la Policía Local de Altea a una pena de dos meses de multa, a razón de seis euros diarios, como autor de una falta de lesiones sobre un ciudadano. Además, la sentencia le obliga a indemnizar a este vecino con 270 euros por los dos días que estuvo impedido y los siete días que tardaron en curarse las lesiones, y al pago de las costas procesales.

La sentencia, que tiene fecha de 24 de mayo, fue notificada el pasado 7 de junio, y considera probado que el agente A-51 golpeó a Philippe Leon Cohen, de nacionalidad francesa, en el lado izquierdo de la cara.

Los hechos sucedieron el pasado 28 de abril cuando el vecino iba conduciendo su vehículo en el término de Altea. Dos policías locales le dieron el alto tras observar que iba hablando por el teléfono móvil. Uno de los agentes le pidió la documentación y se inició una discusión porque el conductor replicaba que no había estado hablando por teléfono. El policía le reclamó entonces la documentación personal y el demandante dijo que no la llevaba encima, pero le facilitó los números del NIE. Pese a ello, el agente le espetó que debería abonar la multa en el acto o procedería a la inmovilización del coche. La discusión subió de tono y el conductor se negó a firmar la multa. El agente tiró por la ventanilla del copiloto la sanción y cuando el conductor fue a recogerla el policía A-51 le golpeó metiendo el brazo a través de la ventanilla. Ante las preguntas de por qué le había pegado, el policía respondió que porque le había cogido del brazo. Como consecuencia de los hechos, Philippe Leon Cohen sufrió una contusión en el cuello y una contractura en el esternocleidomastoideo izquierdo, según el parte de lesiones.

Declaración no coincidente

La sentencia recoge que la declaración del agente en el atestado "no es coincidente con la manifestada en el acto del juicio en algunos extremos". Del mismo modo, la juez pone en entredicho la versión según la cual fue el ocupante del coche quien le cogió del brazo y le golpeó contra la puerta. "Cuando se le pregunta por qué no le detuvo, alega que porque estaba identificado y en ese momento no se estimó pertinente". La juez afirma que "no es práctica habitual que se hubiera producido ese agarrón al agente en los términos descritos y no se hubiese procedido a la detención". Del mismo modo, la sentencia precisa que la declaración del agente que acompañaba al acusado "en modo alguno reviste la credibilidad necesaria para considerar acreditada la versión de los hechos ofrecida por su compañero".

El policía alegó asimismo que el forcejeo le había producido también lesiones, pero la juez indica que se trata de una lesión "subjetiva, sin ningún tipo de herida, hematoma, eritema o cualquier otra lesión objetiva". Por el contrario, sí concede credibilidad al testimonio de Philippe Leon Cohen, el cual puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, en donde formalizó denuncia tras acudir a un centro de salud para ser atendido de las lesiones.