El atentado terrorista del pasado verano en Calviá (Baleares) que costó la vida de dos guardias civiles dejó en evidencia la falta de inversiones del Ministerio del Interior en la seguridad de los acuartelamientos y la provincia no es una excepción. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) realizó un sondeo tras el atentado de Calviá y asegura que la mayoría de los cuarteles de Alicante no disponen de las mínimas condiciones de seguridad. Así lo denunciaron hace dos meses al coronel jefe de la Comandancia en un escrito en el que le alertaron especialmente de la delicada situación de peligro que se registra en las dependencias de Moraira, donde el temor de los guardias a ser objeto de atentado en un municipio turístico se acrecienta porque se encuentra en un local provisional donde no pueden controlar visualmente los vehículos y que permanece cerrado doce horas al día sin que haya un control que garantice la seguridad de los agentes.

Dos meses después de pedir al jefe de la Guardia Civil una solución al problema, la AUGC asegura que la situación continúa igual y por ello la asociación reclama urgentes medidas porque la época de mayor peligro suele ser el verano.

El traslado provisional del cuartel a un local donde antes estaba Correos en el casco urbano de Moraira se está alargando porque la reforma del acuartelamiento oficial está paralizada después de que la anterior empresa se declarara en quiebra y aún está pendiente de que se adjudique a otra constructora. Los problemas de seguridad también han afectado al viejo cuartel, ya que la AUGC asegura que han llegado incluso a sustraer documentos oficiales, aunque desde la Comandancia asegura que las dependencias se vaciaron de material cuando se trasladaron al local provisional.

La queja trasladada por la AUGC al coronel jefe de la Comandancia indica que el cuartel provisional de Moraira carece de las más elementales medidas de seguridad. Una de ellas es que los tres vehículos oficiales "no están bajo la custodia visual del guardia de puertas", sino que se encuentran estacionados a unos cien metros, en la vía pública y sin posibilidad de vigilarlos porque carecen de sistema de vigilancia por cámaras. Por ello, no sólo pueden sufrir robos de material del interior, sino que el mayor temor de los agentes es que les pongan una bomba como hicieron el pasado verano en Calviá. El cuartel cierra a diario desde las 21 horas hasta las nueve de la mañana y el acceso es una simple puerta de madera y cristal que puede ser forzada con facilidad por cualquier delincuente.

El cuartel no dispone tampoco "de vallado ni perímetro de seguridad" y la primera impresión de las personas que acuden allí es que "los guardias están en una pocilga", señalan desde la AUGC.

Esta asociación, ante las carencias de personal para que las dependencias estén vigiladas las 24 horas del día, ha propuesto al jefe de la Comandancia de Alicante que se opte, como ocurrió en Villajoyosa, con el traslado provisional a las dependencias de la Policía Local mientras no concluya la reforma del viejo cuartel, que probablemente se prolongará al no estar adjudicadas aún las obras tras paralizarse el pasado año.