La estacionalidad turística es un hecho cada vez con mayor relevancia en Benidorm. Si hace unos pocos años la ciudad podía presumir de haber roto con ese aspecto común a la mayoría de municipios turísticos, la actualidad es bien distinta. Así lo refleja la patronal hotelera Hosbec en su informe anual, en el capítulo que dedica al estudio de la coyuntura del sector. Esta advertencia no es nueva, pero en este caso queda constatada como un riesgo contra el que hay que luchar a la vista de los datos de los últimos años.

Para determinar el grado de estacionalidad, los hoteleros determinan un indicador fijado por la diferencia entre la ocupación media del trimestre con mejores datos y la ocupación del trimestre con peores cifras. Cuanto mayor es la diferencia, mayor es la estacionalidad. Y los datos no invitan al optimismo. El año pasado dicha diferencia se estableció en 26,9 puntos. Es decir que hubo una ocupación media del 86,6% en julio, agosto y septiembre, pero ésta descendió al 59,7% en diciembre, enero y febrero. O lo que es lo mismo: buenas cifras en verano, pero malas en invierno. Y ello pese a ser uno de los municipios que mejor aguanta la temporada baja. El dato, como queda dicho, no aporta muchas novedades porque es fruto de una tendencia que ya se advirtió hace algunos años. De hecho, desde 2006 la estacionalidad es más acusada y la diferencia entre los meses de más y menos ocupación se mueve entre los 24 y los 28 puntos. Muy lejos de los apenas 8,8 puntos de diferencia que había a mediados de los noventa. En 2009 se llegó a contabilizar una diferencia entre enero y agosto que superó los 33 puntos porcentuales de ocupación. A la vista de los datos, la patronal afirma que "se refuerza la tendencia hacia la estacionalidad de la demanda de servicios hoteleros de Benidorm; un elemento ciertamente negativo que se une, en 2009, al también dato negativo de la ocupación".

Para el sector la solución es difícil, pero sólo hay un camino: promoción, promoción y promoción. Invertir en la publicidad del destino y mejorar e implementar nuevas infraestructuras que lo acerquen a los visitantes. De ahí las constantes reivindicaciones del sector a las administraciones públicas.

Apartamentos turísticos

Pero si los datos son alarmantes en el sector hotelero, no lo son menos en el de apartamentos. Si bien es cierto que la crisis económica ha afectado a todos tras unos años de bonanza, este subsector sigue también unos parámetros similares. Los datos que maneja Hosbec reflejan que la ocupación medie el pasado año en este tipo de alojamiento se quedó en el 65,07%. Desde que se miden este indicador, la patronal no ha encontrado más que descensos. En 2007 el índice de ocupación fue del 73,47% y un año después del 69,48%

A diferencia de los hoteles, en el caso de los apartamentos, la procedencia es mayoritariamente extranjera y de forma abrumadora se impone el mercado británico. Sólo el 16,6% de los visitantes alojados en pisos turísticos son españoles. Los procedentes del Reino Unido representaron en 2009el 72,7% del total de clientes. Para este año la previsión apunta a unas cifras muy similares.

Más equilibrio entre españoles y extranjeros

El estudio realizado por la patronal hotelera de Benidorm refleja que la demanda mantuvo su tradicional estructura durante el año pasado. En términos globales, el turismo extranjero superó al nacional: 51,7% extranjeros y 48,7 españoles. Sin embargo, el informe de Hosbec indica que hay una tendencia, más que nunca, hacia el equilibrio pues el año pasado se registró la menor diferencia entre turismo doméstico y extranjero.

En la distribución por meses se constata la mayor presencia de clientes de otras nacionalidades a lo largo del conjunto del año, pero llama la atención de que en cuatro meses (abril, julio, agosto y diciembre) el número de españoles alojados en hoteles fue superior al de extranjeros y en el resto de meses se mantuvo una situación bastante equilibrada en este sentido.

Según Hosbec, entre el turismo foráneo, su distribución sigue pautas ya conocidas ya que, un año más, el más preponderante fue el del Reino Unido, aunque su presencia se redujo en un 5,5%. Dicha reducción fue enjugada fundamentalmente por el mercado español, ya que el resto de países también vieron reducidas sus cuotas de mercado, con las únicas excepcione de Bélgica y Holanda, aunque en muy escasa medida. No obstante, las previsiones indican que la situación puede revertir este año ya que las señales de mejora económica son más evidentes en Europa que en España y lo hoteleros ya han señalado que no confían en las reservas de última hora del mercado nacional.