El centro histórico de La Vila revive estos días la Edad Media. Un gran mercado medieval se ha instalado en estas calles de la localidad para rememorar y conmemorar el otorgamiento de la Carta Pobla allá por el año 1300 y también con motivo de los actos del Milagro de las Lágrimas de Santa Marta, que se celebrará el próximo 8 de mayo y que cumple su 357 aniversario.

Desde primeras horas de la mañana se pudo comprobar la gran afluencia de personas, muchos de ellos extranjeros, que no querían perder detalle de lo que había expuesto. A la llegada del alcalde y miembros de la corporación, el pregonero daba por inaugurada la fiesta, que ya se celebraba desde la tarde del día anterior. La xirimita, los juegos malabares y los zancudos llamaban la atención de los presentes, como también lo hacían un grupo de ocas que se desplazaba por las calles todas juntas y en perfecta armonía. Los asistentes también pudieron ver una llama "aunque con cierto temor de que nos escupa" decían algunos. Los más pequeños, por su parte, disfrutaron mañana y tarde de los juegos instalados en la plaza del Castell. Pasado el mediodía, los puestos empezaron a registrar menos afluencia. Era la hora de comer y los visitantes se acercaban entonces a las zonas de comida, con productos típicos y degustaciones de té y pastas árabes. Por la tarde, la lluvia pasó factura.

Un total de 60 puestos de artesanos y talleres estaban distribuidos a lo largo de la Calle Mayor, Vigueta, Arxiu, Frai Posidonio Mayor, Travesseret, Costereta, San Benet, Vallet y las plazas de Castelar y de la Iglesia. Estos puestos ofrecerán antigüedades, objetos de latón, brujas, cremas, jabones y esencias, cuero, flores de madera y una farmacia antigua entre otros productos de artesanía, además de las típicas exhibiciones.

Ambiente mágico para grandes y pequeños

Para animar el mágico ambiente de esta feria la animación de calle sorprendió a grandes y pequeños con pregoneros medievales, cómicos al modo bufón y con números circenses, rondas musicales a la antigua usanza, duendes cargados de regalos y caballeros que luchaban, vencen al fuego y van en busca de princesas por las calles de la villa.

El Mercado Medieval, organizado por las Concejalías de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento vilero, estaba orientado para todos los públicos y, en especial, a las familias, que pudieron encontrar el rincón infantil (de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas) con juegos antiguos como el burrito tragabolas o el carrusel, además de juegos de habilidad para que los más pequeños conocieran el ocio tradicional del pueblo.