Queremos que Fina vuelva a la cantina". Este fue el lema elegido ayer por decenas de alumnos del Instituto de Secundaria de La Nucía y por el claustro de profesores para concentrarse en el patio en señal de protesta por el cambio de la empresa concesionaria de la cantina del IES, ejecutada de forma unilateral por parte de la Conselleria de Educación y sin haber contado con la opinión de la comunidad educativa de este centro público. El cambio en el contrato, además del malestar generado a estudiantes, padres y profesorado, ha provocado también que la cafetería del instituto permanezca cerrada desde el pasado día 15 de octubre, sin ofrecer a las cerca de ochocientas personas que conviven diariamente en el centro un servicio que consideran "básico" y del que desconocer la fecha en la que se volverá a reanudar.

Fuentes del instituto indicaron que desde la Conselleria de Educación se comunicó a Fina, la mujer que ha estado como responsable de la cantina desde la apertura del IES en el curso 2006-2007, que no se le había renovado el contrato, con una actuación de hechos consumados y "sin darle ninguna explicación ni tampoco posibilidad de volver a concurrir a la adjudicación". Esto mismo ocurrió con el claustro y con el resto de la comunidad educativa que forma parte del centro, a los que tampoco se les ha dejado opinar ni expresar que tanto profesores como alumnos y padres "estábamos muy contentos y satisfechos con el servicio que se estaba prestando, el personal estaba totalmente integrado en la comunidad educativa y hubiéramos querido que continuara", agregaron estas mismas fuentes.

El pasado miércoles 14 fue el último día en el que esta mujer y su equipo pudieron abrir la cafetería, tras lo cual los estudiantes iniciaron de forma espontánea una campaña de recogida de firmas contra esta decisión, a la que por el momento se han sumado también más de 300 padres y madres.

Desde el IES confirmaron ayer que no han recibido comunicación oficial sobre quién y cuándo se reabrirá la cantina, aunque sospechan que el nuevo contrato recaerá en una persona que ya controla otras cuatro cafeterías de IES públicos.