El paso a la oposición por parte del PP ha conllevado ahondar un poco más en las diferencias internas que acosan, de manera periódica, al partido en Benidorm. Lo último ha sido la elección de los cargos de confianza, seis, que le correspondían al grupo municipal. Las diferencias en las personas a designar ha vuelto a poner de manifiesto una división que nunca se ha alejado del seno popular y que enfrenta a la mayoría de concejales con la dirección local.

El grupo municipal ya ha designado las personas que ejercerán de asesores hasta final de legislatura, pero lo ha hecho sin alcanzar un acuerdo con el partido. Después de algunas reuniones previas entre Manuel Pérez Fenoll, ex alcalde, y Gema Amor, presidenta local del PP, dicho acuerdo no se produjo. Por ello, ésta última convocó al comité ejecutivo local el pasado jueves, el cual, tras una tensa y agria celebración, decidió por mayoría que la solución debería ser un consenso entre todos. En vista de que el acuerdo no llegaba, la última reunión se produjo ayer y a ella se sumó la edil Ángela Barceló, con una importante cuota de representación en el PP. Con el argumento de que la decisión correspondía a la mayoría de los concejales, las cosas quedaron como estaban y los seis cargos de confianza serán los que eligieron el grupo de ediles, salvo Gema Amor, que se encuentra en minoría dentro del grupo municipal.

Lo cierto es que tras la moción de censura iban pasando los días y el PP no nombraba a sus asesores. Ello era un síntoma de que las cosas no terminaban de funcionar y de que había divergencias. Mientras tanto, el nuevo gobierno esperaba a que la oposición se decantase.

En el PP, evidentemente, no todos están de acuerdo con lo ocurrido. Fuentes de la dirección local lamentaron ayer que "lo que ha habido es una imposición por parte de los concejales, se repite lo que ocurrió en las pasadas elecciones cuando no se respetó el acuerdo en las listas municipales".

Estas mismas fuentes reconocieron los contactos previos entre Fenoll y Amor "pero éste se atrincheró en que lo que valía era el acuerdo tomado por los concejales". El comité ejecutivo aprobó con 27 votos a favor que debía alcanzarse la "entente" entre las partes porque "o vamos unidos o la muerte está muy cerca". Nada se ha adelantado desde entonces y el malestar continúa "in crescendo", lo que adivina una complicada convivencia en el PP hasta los comicios de 2011. "Quieren seguir mandando entre cuatro y desprecian la decisión del partido al imponerse la voluntad de once personas a un comité ejecutivo. Se han pasado por el forro al partido y se enrocan en los errores del pasado" subrayaron estas fuentes.

El próximo episodio de esta crisis, si no hay alguno antes, tendrá lugar con la elección de la nueva presidencia local, cuya asamblea se está retrasando todo lo posible en las agrupaciones con problemas internos. Ni siquiera ese retraso parece que apaciguará los ánimos en el PP local, a la vista de los hechos y declaraciones que se suceden.