La batalla por recuperar el castillo y la reconquista de la villa por parte del bando de la Cruz marcó ayer el último de los días grandes de las Fiestas de Moros y Cristianos de Callosa d'en Sarrià, que arrancaron oficialmente el pasado sábado al mediodía y que este año han estado especialmente marcadas por la crisis económica y la reducción de un tercio en el número de festeros con respecto a los que participaron en las fiestas de 2008. Este hecho, aunque sí ha restado participación en las calles, no ha impedido, no obstante, que las fiestas de Moros y Cristianos volvieran a lucir un año más con luz propia y a llenar las calles del centro de la localidad de color, música y fiesta para el disfrute de callosinos y vecinos de otras zonas de la comarca.

La jornada de ayer, última en los días grandes del calendario festero, tuvo de nuevo el concurso del Baile Cristiano como uno de los elementos diferenciadores de las fiestas de Callosa frente a los Moros y Cristianos que se celebran en el resto del país. Tras este concurso, con gran seguimiento de público y cuyos premios se darán a conocer el 25 de octubre, tras la Misa de Gràcia, los actos oficiales dieron tregua a los festeros hasta poco después de las cuatro de la tarde.

A esa hora comenzó el retumbar de los arcabuces, como símbolo de la batalla entre las huestes moras y las tropas cristianas para hacerse con el control de la fortaleza. Los festeros dispararon cientos de kilos de pólvora antes de dar paso a la Embajada Cristiana y a una nueva batalla, que, como dicta la Historia, dio la victoria al bando de la Cruz.

Minutos después de las 20 h., arrancó desde la iglesia de San Juan Bautista la segunda y última procesión de la Virgen de las Injurias, que puso fin al programa oficial. El sábado 25, los Moros y Cristianos celebrarán la Misa de Acción de Gracias y la entrega de premios.