Más de 2 hectómetros cúbicos de agua (dos mil millones de litros) están siendo expulsados al mar desde el pantano Amadorio por la previsible llegada de más lluvias, y ante el desconcierto de los operarios que están ejecutando las obras de adecuación del cauce del río Amadorio, que se han visto anegadas. Además, el Ayuntamiento vilero criticó ayer esta medida al considerar que se "está desperdiciando el agua sin que haya riesgo real de desbordamiento".

Según confirmaron ayer fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar, la apertura de compuertas para vaciar parte del volumen acumulado se hace siempre que se supera el mínimo marcado para cada periodo, estando el actual estipulado en 7,97 hectómetros cúbicos, casi dos menos de los existentes. Esta acción preventiva se lleva a cabo, además, para evitar la expulsión de forma brusca de gran caudal con la llegada de las lluvias otoñales, en caso de desbordamiento, y se hace al tiempo que se "proporciona riego y se abastece a Santa Pola, Elche, Benidorm, y otras poblaciones de la Marina Baixa", según apuntaron las mismas fuentes, que concretaron que en la actualidad el pantano tiene embalsados 9,56 hectómetros cúbicos, es decir, que se encuentra entorno a un 60% de su capacidad.

Sin embargo, la decisión de "laminar" o ir soltando poco a poco el agua, no ha gustado a todos. Vecinos, Ayuntamiento e incluso trabajadores que estaban ejecutando obras en los márgenes del río, fueron ayer críticos a esta media. Los primeros, por entenderla como un "gasto en esta zona, que pide agua a los de fuera", y para los operarios de las obras del río Amadorio, "por que lo suyo hubiera sido que hubieran avisado", para no encontrarse con los "tramos donde trabajamos totalmente anegados".