El Ayuntamiento de Benidorm ha decidido abrir dos expedientes, informativo y disciplinario, a dos funcionarios locales por haber falsificado la firma del ex concejal de Contratación, el popular Francisco Saval, además de haber utilizado sellos oficiales con fines "no predestinados". Uno de los trabajadores, adscrito al área económica, ya ha reconocido su culpabilidad y eximido de toda responsabilidad tanto al concejal como al otro funcionario, en un escrito enviado a la Secretaría y que reproducimos en esta página. Saval y el otro técnico municipal se personaron ayer en el juzgado para presentar la correspondiente denuncia por falsificación de documento público, aunque la misma no iba dirigida contra nadie "sino para ponerlo en conocimiento del juez y que éste investigue los hechos".

El caso lo destapó ayer el concejal de Urbanismo, Jaime Llinares, quien relató cómo un empresario, de la mercantil Miragas, se dirigió al Consistorio con la pretensión de firmar su contrato de una presunta adjudicación para la instalación de placas solares en el edificio del Ayuntamiento y en el Palau de Esports. Las sospechas crecieron al comprobar que dicha adjudicación había quedado desierta en un concurso público celebrado en el año 2008. Estos hechos ocurrieron la pasada semana y el edil se dio cuenta mientras repasaba los expedientes de su departamento.

Al no tener constancia de que se estuviera tramitando ninguna contratación de ese tipo lo puso en conocimiento del jefe de Personal, quien realizó un informe en el que se ponía de manifiesto "la posible comisión de unos hechos que, de confirmarse, podrían constituir una falta muy grave por adopción de acuerdos manifiestamente ilegales con perjuicio grave a la administración y a los ciudadanos y una falta muy grave por la prevalencia de la condición de empleado público para obtener un beneficio indebido para sí o para otro". Llinares incidió en que las irregularidades presuntamente cometidas lo son por "falsificación de firmas, o modificación de las fechas de los documentos obrantes en los expedientes, utilización de sellos municipales para fines no predestinados, falsificación de informes, etc.". El titular de Urbanismo aludió a "una trama en las contrataciones realizadas bajo el gobierno del PP" y exigió "la dimisión inmediata del concejal Francisco Saval hasta el esclarecimiento de todos los hechos de la presunta trama".

El caso es que fue el propio Francisco Saval quien inició la investigación el pasado día 25 de septiembre. Éste, según explicó, había tenido conocimiento de la utilización fraudulenta de un tampón con su firma a través de otro funcionario -el que también ha sido expedientado- y acto seguido compareció ante el secretario municipal para exponerle los hechos y dirigirse a la Comisaría para interponer una denuncia. Fue el propio secretario quien le persuadió "hasta que se sustancien las presentes diligencias", según consta en el acta de la comparecencia. Saval hizo caso hasta ayer, en que Jaime Llinares levantó el caso.

Para entonces el funcionario implicado ya había enviado un escrito a la Secretaría, con fecha 28 de septiembre, el lunes pasado, en el que admite su responsabilidad en los hechos. En su confesión, el citado trabajador alude a que "se trata de un grave error" cometido por él "en el conjunto de una broma de mal gusto, que se nos ha ido de las manos". Añade además que "se han llegado a redactar ciertos escritos sin ningún sentido que pretendían estar rubricados por algún funcionario municipal e incluso por Francisco Saval, utilizando para ello, sin su conocimiento, el sello de su firma". Este funcionario manifiesta su "total responsabilidad" y agrega que el concejal reseñado "desconocía totalmente esta circunstancia, siendo ajeno absolutamente a todo lo ocurrido". No explica en su misiva, sin embargo, cuál era el fin de la supuesta contratación, la cual forzosamente hubiera sido descubierta con posterioridad en órganos municipales superiores.