Sus 200 metros de altura y las 55 plantas que albergará propiciarán que el rascacielos no sea uno más en la ciudad, sino la principal referencia arquitectónica. De momento sortea bien la crisis gracias, según sus responsables, a haber vendido ya más del 40% de las viviendas. El edificio In Tempo, que se levanta en la zona de Poniente, se convertirá en la torre residencial más alta de Europa con sus 200 metros de altura y 55 plantas. A día de hoy ya se han terminado los trabajos bajo tierra, y se observan los primeros pilares hormigonados de ambas torres, concluyendo, entre otros trabajos de estructura, el techo de las primeras plantas.

Pero si llamativo es el inmueble, más lo es el hecho de que, de momento, la crisis económica no ha hecho mella en su construcción a diferencia de lo que ocurre con el sector urbanístico. El arquitecto Roberto Pérez-Guerras destaca en este sentido que "una de las mayores ventajas que ha tenido el proyecto es que desde el principio se vendieron hasta el 40% de todas las viviendas, lo que ha permitido un avance sin interrupciones". Pérez-Guerras añade además que tampoco se ha parado el número de ventas pese al descenso de la demanda. Las obras avanzan a buen ritmo "y se están cumpliendo los plazos, que prevén que el año 2012 sea el final de todos los trabajos". A partir de entonces, In Tempo deslumbrará, majestuoso, en el "sky-line" de Benidorm.

El edificio está configurado por dos torres siamesas unidas en su parte superior por un cono invertido que semeja un diamante y las figuras escultóricas en forma de gaviotas "vuelan" entre las dos torres. Respetuoso con el medio ambiente y diseñado bajo criterios de sostenibilidad, incorpora la tecnología más avanzada y contará con amplias áreas de ocio y deporte y zonas ajardinadas.