Después de una larga travesía por el camino del Faro de Santa Pola muchos habrán contemplado los vestigios de lo que fue en su día un cuartel militar. Sin embargo, los que hayan pasado de largo ni se habrán dado cuenta de lo que realmente supone para la historia. A menos de un kilómetro del Faro, a mano derecha, y en medio de la nada, hay tres edificaciones destartaladas y medio ruinosas a las que sólo les acompañan los tiempos actuales por la cantidad de grafitis que hay sobre sus paredes. A simple vista son inmuebles sin ningún valor, pero en unos meses podrían cambiar de apariencia. El Ayuntamiento ha redactado un anteproyecto para rehabilitar íntegramente estas construcciones como centro de interpretación del conjunto de la guerra civil, el Cabo y la sierra de Santa Pola. La primera fase del plan podría iniciarse a finales de año y se centraría en el pabellón oeste, el más grande, que durante la guerra civil española sirvió como área de avituallamiento de militares con duchas, cocina, lavabo y un aljibe separado a solo unos metros.

El interior es un amasijo de escombros que se convertirá en un punto de concienciación medioambiental de la Red Natura. Se combinarían, mediante paneles interactivos, los valores naturales del Cabo y supondrá un espacio polivalente que haga repaso al conjunto histórico de la guerra civil formado por los restos de defensa antiaérea, búnkeres o edificios de mando.

Esta primera fase tendrá un coste próximo a los 60.000 euros y podría estar subvencionada al 65% por el programa del Consell de actuaciones de conservación y protección de los bienes inmuebles del patrimonio cultural de la Generalitat. La convocatoria de ayudas salió a finales de abril y el Consistorio aprobó acogerse al plan en el último pleno extraordinario.En caso de que no le concedan la subvención, el Ejecutivo local contempla una partida anual en los presupuestos municipales, aún sin aprobar, para hacerse cargo de la inversión.

Las siguientes fases se acometerán en la caseta de oficiales, de dimensiones más reducidas, que podría servir como punto de recibimiento de turistas. Por último, se rehabilitará el barracón este, que se usaba como dormitorios de soldados y operarios del bando republicano. Aunque todavía es prematuro el proyecto, se estima que el pabellón reparta usos con el oeste como zona museográfica, aulas al aire libre y zonas de exposición de pintura o fotografía que muestren la riqueza ambiental y el patrimonio histórico de Santa Pola, gestionado por las Concejalías de Sostenibilidad, Turismo y Cultura.

Declaración cultural en trámite

Desde la Concejalía de Cultura señalan que esta rehabilitación integral «podría acelerar la declaración de Bien de Interés Cultural del conjunto de la guerra civil, porque desde el Consell ven que el Ayuntamiento tiene intenciones», señala Anna Antón, edil del área.

La Administración local elevó el pasado año la petición a la Generalitat para declarar los búnkeres, galerías subterráneas o bases antiaéreas como bienes arquitectónicos de interés cultural, aunque el expediente todavía sigue tramitándose. Lo cierto es que en los últimos tiempos se han dado pasos para conseguir la declaración.

Hace unos meses acondicionaron una bolsa de aparcamientos junto a los barracones para descongestionar las inmediaciones. También se ha devuelto al color grisáceo original el búnker de hormigón y vértice geodésico, que estaba pintado de color azul hasta hace poco, y se ha añadido nueva señalética. Los visitantes agradecen que se ponga en valor la zona, entre ellos, José Fernández, que pasa cada día con su bicicleta por la sierra, aunque reivindica que se mejore la señalización y el estado de la carretera de acceso al Faro, «llena de baches peligrosos e incómodos», señala.