Conmoción en Santa Pola. Uno de los emblemas del paseo marítimo de la villa marinera pasará a ser en quince días tan sólo un recuerdo. La noticia del cierre del chiringuito Peña Grande el próximo 30 de abril es uno de los temas más comentados estos días en el municipio, y la pregunta que más se repite es la de: «Y ahora, ¿qué pondrán ahí?». A este establecimiento sobre dominio marítimo terrestre se le han agotado los treinta años de concesión más los cinco de prórroga acordados en el pliego. Además, el desalojo ha sido decretado por la Dirección General de Costas, que tiene la idea de ganar espacio al paseo marítimo con la futura demolición de este edificiodemolición , previsiblemente después del verano, por lo que hasta entonces la construcción fija del local se podría utilizar como baños públicos para dar servicio a los turistas, según la propuesta que hizo el Ayuntamiento a Costas.

Gustavo Sierras lleva dos décadas trabajando allí y es uno de los trece empleados fijos que tiene el chiringuito durante todo el año. Al igual que sus compañeros, está asimilando el destino que les espera a ellos y al negocio. Critican el poco trato de favor que se ha tenido con el propietario, 25 años al frente, ya que las características de este inmueble fijo de 79 metros más terrazas son diferentes a las del resto de chiringuitos, ya que están en activo todas las temporadas.

Pueden llegar a entender, explica, que el Ejecutivo local quiera acabar con las irregularidades de los quioscos y hayan optado por un pliego técnico igual para casi todos, pero, si el propietario actual quisiera optar al concurso para la instalación desmontable prevista en esta zona, «tendría que prescindir de una parte de la plantilla, porque sería más pequeño, se reduce el número de mesas y el trabajo sólo sería estacional, ¿qué haría con nosotros si tenemos que cerrar tres meses?», lamenta este trabajador, que avanza que su jefe ya está buscando alternativas en otra cafetería para que los empleados no se vayan a la calle.

Según cuentan los vecinos, este chiringuito es el más antiguo, fundado en 1983 por José Bou, «un patrón de pesca que en uno de sus travesías al Sáhara Occidental se inspiró al ver el Cabo Peña Grande», recuerda José Martínez, residente de Santa Pola que durante décadas ha frecuentado el lugar.

José Antonio Sánchez, miembro de la Unión de Hosteleros de Santa Pola, considera que es una pena que se cierren negocios, «porque en este caso se presta un servicio lícito y nunca ha habido ningún problema». Por su parte, Francisco Gilabert, recepcionista del Hotel Patilla de Santa Pola, añade que «veo bien que Costas no deje montar nada en el paseo, pero, cuando hay una estructura de toda la vida, debería quedarse. ¿Para qué ganarle metros al paseo si en invierno no hay nadie caminando?».

El Peña Grande se ubica en la avenida González Vicén, y el futuro que le depara pasa por la demolición del inmueble, prevista a finales de año. Cuatro paredes que dirán adiós a tres décadas en funcionamiento, una situación que para muchos supone la pérdida de un icono de la villa marinera.