La iglesia de Nuestra Señora de Belén de Crevillent acogió anoche una de las veladas más emocionantes del calendario pasional de la Semana Santa. El Septenario en honor a la Virgen de los Dolores, conocido como el Pórtico de las celebraciones, culminó con un templo lleno de devotos que entonaron, con programa en mano, los Siete Dolores junto a las cerca de 200 voces del coro popular que como cada año fue acompañado de la Unión Musical de Crevillent, bajo la dirección de Ramón Mas Soler. La solemnidad del acto comenzó con una misa oficiada por el párroco de Monóvar Enrique Abad Domenech, que tras su predicación recibió una insignia, unos corporales y una litografía de la Virgen Dolorosa. Acto seguido, se dedicaron a la Virgen los cantos de los Siete Dolores compuestos por Marcelino Sempere a los que le siguieron las tres marchas, desde el Stabat Matter, Plorans Ploravit hasta el Vos Omnes, unas piezas que los más fieles volverán a dedicar en las procesiones de Miércoles y Viernes Santo. Con el cierre del Septenario los vecinos de Crevillent se preparan para el ritual procesional que dará comienzo hoy.