Adquirir habilidades para defenderse ante un posible ataque y conocer los mecanismos de protección de la víctima que establece la ley en un caso de violencia. Esa es una de las claves que se abordaron en la primera sesión del curso teórico-práctico de defensa personal y violencia de género, que se celebró en el polideportivo José Antonio Alemañ, de Gran Alacant, en Santa Pola, durante el fin de semana.
La jornada se inició con una conferencia de Juan Antonio Amorós, criminólogo especialista en violencia de género y policía local, que introdujo a los asistentes en el marco legislativo de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género y reseñó la falta de información que sigue existiendo en la sociedad, «donde la Administración tiene que implicarse más para que las víctimas no se sientan solas y sepan que están acompañadas en todo el proceso previo y posterior a la denuncia», explicó el experto. En la segunda parte, un grupo de profesores de artes marciales impartieron a más de sesenta personas de todas las edades un taller de defensa personal con técnicas propias del arte japonés Bujinkan Ninjutsu.
Asimismo, emplearon métodos para desprenderse del atacante en menos de dos minutos ante un intento de estrangulación o violación, con ejercicios para trabajar el agarre de brazos, manos y cuerpo. «Lo que se pretende es que cojan seguridad para escapar, haciendo uso de las uñas o los dientes y atacando en puntos vitales como la tráquea o los genitales ante una situación crítica», explicó Miguel Ángel Morales, profesor del taller, que según su parecer, contó que no debe pedirse «auxilio» si no «fuego», porque aprecia que la población se moviliza más en unas situaciones que en otras. Expusieron, además, que los ataques pueden prevenirse en algunos casos siguiendo pautas como activar el sistema de cierre del coche al entrar en él o evitar caminar solo a altas horas de la madrugada. Visibilizar y concienciar es fundamental, explicaron, pero se requiere una formación continua de dos o tres sesiones semanales para reducir al atacante de manera eficaz, «ya que la víctima tiene que interiorizar los pasos para aplicarlos en un caso real, donde prima el estrés y la ansiedad», explicó Carmen Abad, preparadora, al hilo que mencionaba que suelen asistir más hombres que mujeres a estos entrenamientos. Eduardo y Pablo Paraíso son dos hermanos adolescentes que practican con regularidad esta técnica, alarmados por potenciales casos de delincuencia y agresividad, «por eso es esencial aprender a cuidar de uno mismo y poner remedio a una agresión en la calle sin pasar de largo, en caso de emergencia».
El próximo fin de semana finalizarán estas jornadas y explicarán las medidas de autoprotección que puede tomar una mujer tras la denuncia en un caso de violencia machista. Este curso está organizado por la asociación de Santa Pola Clean Beach, que trabaja en la salvaguarda de las playas y los fondos marinos, en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Pola y la Delegación de gobierno.
